Page 1666 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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              tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y con-
           27 moveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta
              frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles,
           28 como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así
              que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gra-
              titud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor
           29 y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.
        13, 2    Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospita-
              lidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
            3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente
              con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros
            4 mismos estáis en el cuerpo. Honroso sea en todos el matri-
              monio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los
            5 adúlteros los juzgará Dios. Sean vuestras costumbres sin ava-
              ricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No
            6 te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir
              confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que
            7 me pueda hacer el hombre. Acordaos de vuestros pastores,
              que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya si-
            8 do el resultado de su conducta, e imitad su fe. Jesucristo es
            9 el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. No os dejéis llevar de
              doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar
              el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprove-
           10 charon a los que se han ocupado de ellas. Tenemos un altar,
              del cual no tienen derecho de comer los que sirven al taber-
           11 náculo. Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre
              a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo
           12 sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual
              también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia
           13 sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fue-
           14 ra del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos
           15 aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. Así
              que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de
           16 alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y
              de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de
           17 tales sacrificios se agrada Dios. Obedeced a vuestros pasto-
              res, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas,
              como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con ale-
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