Page 1705 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
P. 1705
1701 El Apocalipsis 9. 19–11. 2
su boca. Pues el poder de los caballos estaba en su boca y 19
en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían
cabezas, y con ellas dañaban. Y los otros hombres que no 20
fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de
las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios,
y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de
madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se 21
arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su
fornicación, ni de sus hurtos.
Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una 10
nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como
el sol, y sus pies como columnas de fuego. Tenía en su ma- 2
no un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y
el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge 3
un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus
voces. Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, 4
yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella
las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas. Y 5
el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó
su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los 6
siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra
y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en
él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz 7
del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el
misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos
los profetas. La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, 8
y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del
ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Y fui al 9
ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma,
y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce
como la miel. Entonces tomé el librito de la mano del ángel, 10
y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando
lo hube comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es nece- 11
sario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones,
lenguas y reyes.
Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de 11
medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el
altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera 2