Page 11 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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Entonces, las clases humildes de los Gentiles nos seguirán en nuestra lucha contra las
clases elevadas y pensantes que están en el poder y son nuestros competidores, y nos
seguirán, no ya para hacer el bien, ni aun siquiera por adquirir riquezas, sino solamente
para satisfacer su odio a los privilegiados.
PROTOCOLO V:
Creación de un fuerte centro de gobierno. - Manera de adueñarse del poder la
Masonería.- Por qué las naciones no pueden entenderse. -Predestinación de los judíos.-
El oro, motor del mecanismo de las naciones.- Los monopolios en el comercio y la
industria.- Importancia de la crítica.- Las instituciones según se ven.- Cansancio
ocasionado por los discursos.- ¿Cómo adueñarse de la Opinión Pública?.- Importancia de
la iniciativa privada. - El Gobierno Supremo.
¿Qué forma de gobierno puede dárseles a sociedades en las que la corrupción ha
penetrado hasta lo más íntimo, en las que no se llega a la riqueza sino por medio de
sorprendentes y hábiles combinaciones que pueden ser juzgadas como fraudes o robos
disimulados; en las que reina la licencia de costumbres, en las que la moralidad sólo se
mantiene por medio de penas y severos reglamentos y no por principios voluntariamente
aceptados, en las que los sentimientos de Religión y Patria apenas viven, ahogados por
las creencias cosmopolitas?
¿Qué forma de gobierno dar a esas sociedades sino la forma despótica que describiré
más adelante?.
Nosotros arreglaremos mecánicamente todos los actos de la vida política de nuestros
súbditos por medio de leyes nuevas. Esta leyes reprimirán una por una todas las
complacencias y las más grandes libertades que fueron decretadas por los Gentiles, y
nuestra dominación se distinguirá por un despotismo tan manifiesto y tan grandioso que
estará en condiciones en cualquier tiempo y lugar de hacer callar a los Gentiles que
intenten oponérsenos y vivan descontentos de nuestro gobierno.
Pero se nos podrá objetar que este despotismo de que hablo no está en armonía con los
progresos modernos. Yo demostraré lo contrario. Cuando los pueblos veían las personas
de los reyes y gobernantes como una verdadera emanación de la Voluntad Divina, se
sometían sin murmuraciones al absolutismo de los reyes; pero hoy, que nosotros les
hemos sugerido la idea de sus propios derechos, los gobernantes son considerados como
unos simples mortales.
La unción divina ha caído de la frente de los reyes, después que nosotros arrebatamos al
pueblo su creencia en Dios; su autoridad ha rodado por las calles, esto es, por los lugares
que son de pública propiedad, y nosotros la hemos recogido y nos hemos adueñado de
ella. Además, el arte de gobernar a las masas y a los individuos, por medio de una teoría,
de una fraseología hábilmente combinada, por reglamentaciones de la vida social y por
toda clase de medios ingeniosos, de los que los Gentiles no entienden una palabra, forma