Page 264 - Arquitectos del engaño
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Sigue adelante y busca un monopolio, a través de su negligencia irresponsable de todo lo que es diferente
con demasiada facilidad. Desde que la gente ha perdido el arte, que es una reflexión, profunda, intuitiva y
genuina, ha buscado algún sustituto, incluso en las drogas y la pornografía, pisoteando así toda sabiduría...
en vez de celebrar la ciencia y acreditarla con lo que le falta, necesitamos avanzar en este proceso, que nos
permitirá crear un equilibrio espiritual en el mundo de hoy."
Este libro puede ayudar al lector a entender más fácilmente la crisis espiritual descrita por el Profesor
Mercier. Sólo después de que hayamos conseguido romper la magia de la francmasonería a través de
contramedidas efectivas, seremos capaces de escapar del pantano espiritual donde nos encontramos.
En Ginebra en 1.977, el representante iroqués Hau De No Sa Nee destacó que "la espiritualidad es la
forma más elevada de conciencia política".
La sociedad masónica sólo nos da falsas esperanzas, mentiras dañinas y grandes desigualdades. Los
masones no tienen ningún respeto por la vida. La élite masónica ha mantenido constantemente el principio:
para salvar el mundo, primero hay que destruirlo.
Oficialmente, la Orden de los Masones de Suecia tiene una serie de buenas intenciones como el
desarrollo de la personalidad, la comunión y la fraternidad y el amor a la humanidad. El lector puede
descubrir algunas intenciones muy diferentes basándose en los hechos que figuran en este libro.
Uno de los principales defensores de las ideas Illuminati fue el periodista político norteamericano
Walter Lippmann (miembro de la Sociedad Fabiana, y francmasón). Él señaló los principios que nos hacen
avanzar hacia el Nuevo Orden Mundial. Cuando el público ya no podía ser controlado por el uso de la
violencia, los masones encontraron un nuevo método en el arte de la simulación democrática. Quieren
estandarizarnos haciéndonos ignorantes y forasteros curiosos, confundir a las masas, para hacernos creer en
nuestros dirigentes, estos hombres "responsables". Quieren que las masas sean los espectadores no los
participantes, en lo que ellos llaman una sociedad democrática.
En vez de acosar a la gente, los políticos masónicos utilizan métodos más sofisticados para fabricar el
consentimiento. Es lo que solía llamarse propaganda. En una sociedad democrática, esta insidiosa
propaganda es necesaria como nunca antes. Tan pronto como alrededor de 1.750, el filósofo escocés David
Hume señaló que el poder está en manos del pueblo y si el pueblo entendiera esto, los gobernantes tendrían
problemas. La gente no debe darse cuenta de que tiene el poder, por lo tanto, sus opiniones deben ser
controladas. Un país más libre necesita más control que otro más vicioso. En la Unión Soviética no
importaba si la gente no creía en la propaganda. Los disidentes siempre podían ser enviados a los campos de
trabajo. En los países más libres, la disidencia es algo peligrosa, donde las personas tienen la oportunidad de
actuar. Cuando ya no se puede utilizar la fuerza, y participa más gente, las autoridades se vuelven
dependientes del consenso. Esto ya no es un secreto, como declaró Noam Chomsky en una entrevista para la
televisión educativa sueca (UR) el 7 de noviembre de 2.002. Destacó que los medios de comunicación tienen
una creencia acrítica en la ideología actual. Dijo: "Todo periodista honesto debería tratar de averiguar la
verdad y difundirla."
Esto es particularmente importante en la sociedad masónica aparentemente normal, ya que la mayoría
de la gente es obtusa y vive en un estado de trance de consenso. La propaganda convincente no suele dejar
ningún espacio al pensamiento alternativo.
Los masones quieren controlar y manipular a la humanidad de una manera más eficaz. En diciembre
de 2.002, la Food and Drug Administration (FDA) de EU aprobó una propuesta para comenzar a inyectar
chips de identificación en cuerpos humanos para supervisar a la población. La Applied Digital Solutions es
la empresa que ha desarrollado el VeriChip, del tamaño de un grano de arroz y que emite una
radiofrecuencia de 125 kHz, que se puede recibir a la distancia de unos metros. Con la ayuda de la
tecnología moderna, las personas que llevan los chips pueden ser controladas por los satélites. El chip se
inyecta en el cuerpo con una herramienta similar a una jeringa.
En Madrid, la capital española, tienen la intención de suministrar un chip electrónico a todos los
recién nacidos, siempre que los padres estén de acuerdo. El chip contiene información sobre el niño, así
como de la madre. Básicamente la información son las huellas del bebé y de su madre. Se inyecta bajo la
piel de la muñeca. La excusa para este procedimiento es que hay riesgo de que haya una confusión entre los
niños o de que sean secuestrados.
Los chips de identificación hacen posible identificar al portador almacenando el nombre, la
fotografía, las huellas dactilares, la dirección, el empleo, los antecedentes penales, las deudas por impuestos
y otras informaciones. El microchip puede ser utilizado para inducir shocks, comportamientos perturbados,
emociones y otros efectos. Chips de 7mm ya se colocan bajo la piel de soldados y correos del gobierno. El