Page 18 - Revista Parlante Digital. Número cero.
P. 18
¡Segundo lugar!
Me encantaría
Me encantaría decirte que me gustas porque tal vez así dejarías de hacerlo, no me intere-
saría saber de ti y mucho menos me preocuparía el saber si llegaste bien a cualquier lugar.
No te escribiría ni te preguntaría de tus gustos; tu grupo favorito no lo escucharía, ni pro-
baría tu alcohol con ese sabor tan peculiar.
Tampoco me importaría cuantas caladas le das a tu tabaco o cuándo vas a la Iglesia, me
tendría sin cuidado que vivieras cerca de mi lugar favorito. No me tomaría el tiempo de es-
cribirte algo que probablemente nunca verás, darle formato con tipografía Arial 12 sería lo
de menos; el pensarte de camino a casa, rodeada de personas, durante una hora no pas-
aría.
No me interesaría conocer todo lo que te conforma: tus ideas, tus fetiches, lo que te gusta y
lo que no, tus escritores favoritos, tus tareas, tu mundo.
No te buscaría con la mirada y no evitaría la tuya, no me dejarías sin palabras al momento de
hablar y yo no trataría de hacer lo mismo; no tendría esa sensación de nervios al verte, a mi
alrededor no estarían hartos de que mencionara tu nombre y tampoco estarían al pendiente.
Serías tan ajeno a mí que, como ya he dicho no estaría escribiendo esto a las veintitrés
horas con veintinueve minutos un viernes de mayo por la noche.
No es que no me haya encantado conocerte, pero todo sería más fácil si sólo me atreviera a
confirmarte lo que ya sabes.
La ilusión bastaba para cegarme, a cualquier persona sin demasiada experiencia se le llega
a engañar.
Querer llegar a conocerlo ¿Estuvo mal? Interesarme, o aceptar una atracción hacia usted,
en la que mis amigos tanto insistían. ¿Cuál de esos fue mi error?
Confieso que el sentimiento por ti era totalmente erróneo; incluso la palabra sentimiento
resulta muy grande para describir lo que en verdad fue. Palabras vagas, solo eso.
Te confieso, que fuiste la primera persona a la que le dedique un texto (de cariño, porque de
amor no) de mi puño y letra.
Te confieso, que no fue necesario confesarte nada, ya que al final perdí el interés.
17