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Dios Todopoderoso y Eterno, ¬ Desde la aurora de la creación Formaste a tu pueblo para ser tuyo. En toda era, El suave llamado de tu voz Reunió a diversos creyentes en un solo pueblo.
vertiente De tu Espíritu Santo, Para que,
así como los ríos fluyen, Así también tu amor continúe fluyendo en nuestros corazones.
Que, así como los puentes enlazan las tierras, Permítenos ser constructores de puentes para todas las personas. Acuérdate de tus hijos e hijas, Aqui entre los dos rios, Mientras nos esforzamos por dar testimonio Del Camino, la Verdad y la Vida.
Atiza la llama de nuestro discipulado en
Cristo Al tiempo que nos re comprometemos Al llamado de la voz que escuchamos hace
50 años. Haznos uno en mente y corazón, Mientras avanzamos, juntos, en misión, Y guíanos, a nosotros que somos tu pueblo Al Oeste de Tennessee, la Diócesis de Memphis Hacia la vida eterna. Por Cristo, Nuestro Señor.
Dios amoroso, Tu nos congregaste hace 50 años Para ser la Iglesia entre los dos ríos. Tu Hijo oraba en la Ultima Cena Por sus discípulos, para que ellos fuesen uno solo. Permite que la Eucaristía fortalezca nuestra comunión Y nos edifique al tiempo que abrazamos tu misión.
A lo largo de este año de jubileo, nuevamente nos comprometemos A ser signos de la presencia viva de tu Hijo en el mundo. Nuevamente, renueva entre nosotros la
En la portada del programa y en la tarjeta sagrada del Congreso Eucarístico de 2021
se incluye una hermosa representación de la Asunción de María de la época barroca.
“La Asunción de la Virgen” es un óleo sobre
lienzo pintado por Bartolomé Esteban Murillo
en la segunda mitad del siglo XVII y ahora
se exhibe en el Museo del Hermitage de San
Petersburgo.
Murillo pintó la Inmaculada Concepción
una y otra vez. Pero para algunos, la mirada
hacia arriba de la Virgen, su gesto, la forma
en que los putti parecen levantarla y la
sensación de movimiento desde la oscuridad
hacia la luz celestial sugiere que esta es la
Asunción.
El telón de fondo de esto es el simbolismo bastante elaborado de la pureza de
Nuestra Señora, que se había desarrollado durante siglos. Los artistas anteriores habrían tomado algunos de los muchos símbolos asociados con la pureza de María, como un pozo, una torre o un edificio fortificado, y los integraron en la composición. Pero Murillo simplifica esto. Aquí está la mujer vestida de sol. Sin embargo, no hay una corona de doce estrellas ni una luna bajo sus pies. En cambio, ella está siendo elevada a la luz celestial.
La pintura nos conecta directamente a todos, como los obispos de los Estados Unidos habían proclamado a María, bajo el título de su Inmaculada Concepción, la principal patrona de todo el país.
"Protege la vida familiar de la nación. Guarda el don precioso de muchas vocaciones religiosas. Por la intercesión de nuestra madre, ten piedad de los enfermos, los pobres, los tentados, los pecadores, de todos los necesitados”.
Abreviado de "Un acto de consagración" en el Libro de las Sagradas Novenas de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, D.C.
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