Page 36 - Memoria Anual 2020
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que alguna vez hemos escuchado o quizás en la lectura del libro sagrado nos señala, con respecto a las TRIBULACIONES, el cual debo detallar para un mejor entendimiento de lo que les voy a hablar más adelante.
El Libro Romanos 5:3-5, dice: “No sólo esto. Nos sentimos seguros hasta en las pruebas, sabiendo que de la prueba resulta la paciencia; de la paciencia, el mérito, y el mérito es motivo de esperanza, la cual no espera en vano, pues el amor de Dios ya fue derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos dio”. Y Romanos 8:18, señala: “En verdad, me parece que lo que sufrimos en la vida presente no se puede comparar con la Gloria que ha de manifestarse después de nosotros”. De estas citas del Libro Sagrado, podemos señalar concretamente, que el objetivo que tiene el Altísimo, es permitir que experimentemos en nuestro fatalismo que comúnmente llamamos “malo”, la esperanza, como una forma de madurar espiritualmente, al punto de poder ser inquebrantables.
Ahora, vamos a lo que nos toca como hermanos masones y con referencia a LA PIEDRA DE LAS TRIBULACIONES; y con el objeto de recordar el momento antes de nuestra Iniciación en la Orden, recuerden:
El profano debe llegar a la casa masónica, debidamente vestido, con una venda negra, con el objeto de lograr confusión en su ubicación. A la llegada a la Cámara de Reflexiones, se le colocará de espaldas a la puerta, en el que se le instruye meditación con todo lo que contiene dicho habitáculo. Terminado dicho proceso, se le despoja de todos los metales, se vuelve a colocar la venda y se desacomoda toda la ropa manteniendo el pecho descubierto, se le coloca una cuerda al cuello sujetando su brazo derecho a la altura de la muñeca, para así conducirlo a las puertas del templo. En otros orientes, cumplen el siguiente protocolo, con el brazo izquierdo apoyado sobre la rodilla del mismo lado, la cabeza posada sobre el puño cerrado de la mano izquierda y la mano derecha sosteniendo firmemente el cordón que prende del cuello. Así es como se hallan físicamente todos los aprendices masones en el momento dado de su iniciación.
La estadía en la piedra de las tribulaciones no tiene como finalidad solamente unas posturas, también busca el ingreso al estado de reflexión y que para que el ahora profano se “entregue a su propia conciencia”, donde termina su vida profana y comienza otra orientada a la superación y a las prácticas de las virtudes, situación que no debe verse como una simple preparación del neófito para su aceptación, sino que debemos verla como un punto de crisis interior, donde comienza una realización progresiva, operativa y especulativa de nuestro ser, aquí se no da la oportunidad de encontrarnos; de sentir la oscuridad del alma, en un aislamiento no solo material, ni del mundo exterior, sino también espiritual que nos permita ver nuestro mundo interior, abrir nuestros ojos a nuestra alma, ver a donde debemos dirigir nuestros esfuerzos para llegar a una sola realidad, que es el CONOCETE A TI MISMO; este es el primer paso para la Iniciación.
Una segunda etapa, en la que se puede describir y sentir el entorno que se vuelve adverso, con el objetivo de estimular la percepción global del profano. Otra tercera etapa, en la que se combinan las energías correspondientes, y hacen sentir al profano en “soledad”, rodeado de tinieblas.
___________________R.∙. L.∙. S.∙. “LIBERTAD” JOSE MOSTAJO LOZANO N° 80__________________