Page 12 - EL DESASTRE INSTITUCIONAL
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EL DESASTRE INSTITUCIONAL
¿cómo están funcionando los hospitales públicos?
• Yo hablaría por el Hospital Vargas, donde aún tengo una consulta
de Neuro-Oftalmología. Muchos de esos pacientes van a Cirugía
y ya se sabe que tendrán que esperar hasta tres meses, ocupando
una cama y sin poderse ir porque pierden el cupo. Eso es terrible
porque además de la espera, los familiares del paciente deben
llevarle la comida, la ropa de cama y muchas veces los medicamentos,
sin contar los exámenes (resonancia) que deben pagarlas. De
manera que allí no hay nada de amor sino un gran desprecio por la
persona. Desgraciadamente nosotros, los médicos, nos hemos
hecho cómplices de esa situación porque no nos queda otro camino
sino seguir. Lo otro sería irnos y dejarle eso al Gobierno a ver cómo
lo arregla.
¿No es una lucha inútil?
• Hasta cierto punto sí. Hemos llegado a un punto terrible de
degeneración. El desayuno, por ejemplo, ya no se sirve a los
pacientes en hospitales como el de los Magallanes de Catia. Y
mientras eso ocurre, le seguimos regalando a Cuba todo el petróleo
que necesita. Los médicos tenemos el privilegio de experimentar la
miseria humana en todos los estratos sociales. La vemos en el
paciente pobre (el pata en el suelo, como se les decía antes) y en el
banquero. Todos nos vamos a morir, pero a aquellos les sucederá
más rápido porque a éstos nosotros le prolongamos la vida, quizás
inútilmente.
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• Por lo que usted dice,
EL DESASTRE INSTITUCIONAL ZAN DOKA