Page 5 - la casa DE PROCUSTO
P. 5
La discriminación por ser diferentes, exclusión y marginación
“La intolerancia es definida como la falta de habilidad y voluntad de tolerar algo. La
intolerancia resulta ser cualquier actitud que se caracteriza por la perseverancia en la
propia opinión y supone cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias
ideas o características que se tienen como absolutas e inquebrantables”.
Las diferencias en el ámbito laboral
Muchas habilidades en la vida se fortalecen con la capacidad de aprender pero en el
ámbito laboral se produce un shock cuando un empleado se desarrolla, piensa diferente
y aplica los conocimientos aprendidos. La conducta usual de los compañeros es el
egoísmo y es muy difícil para ellos respetar al otro sus diferencias.
La creciente posición social de una persona diferente dentro de un grupo produce
irremediablemente intranquilidad en el grupo. La probable oportunidad para que el
diferente desempeñe un trabajo superior gatilla en sus pares síntomas de tensión ya que
suscriben la idea de que todos debiesen esta en las mismas posiciones, independiente
de su grado de preparación.
El miedo y el odio a la diferencia siempre ha sido uno de los más añejos y peores vicios
de las sociedades sólo porque esa otra persona no se nos parece físicamente, habla un
idioma distinto, no profesa la misma religión, no profesa la misma ideología política,
tiene una orientación sexual distinta, tiene capacidades diferentes, es más profesional,
menos educado, etc. Existen actitudes que se caracterizan por la perseverancia en la
propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. El
mantenimiento de las propias ideas que se tienen como absolutas e inquebrantables
supone siempre irritabilidad e intolerancia.
“Stanley Pedalino se graduó en la universidad con calificaciones que se encontraban
dentro del 10% superior de las notas obtenidas por los alumnos de su generación.
Decidió que le convenía adquirir cierta experiencia en un trabajo manual antes de
dedicarse a su profesión elegida, la mercadotecnia, de suerte que se contrató como
obrero de construcción durante un año. Descubrió que su educación universitaria no
tenía valor alguno entre sus compañeros de trabajo, muchos de los cuales consideraban
con sorna a los universitarios, y algunos de ellos le preguntaban que hacia un
“estudiante” como él en ese tipo de empleo. Un año más tarde, cuando Pedalino se
unió al personal de investigación y ventas de una compañía nacional, descubrió que su
5