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el NOSTRE RACÓ
#2
¿Has cambiado formas de abordar la atención desde que comenzaste hasta ahora? Cuáles?
Personalmente he cambiado, antes era más nerviosa. He ido comprendiendo las necesidades que tienen ellos. Ya me voy calmando. Sí, he trabajado en otros lados pero no tiene nada que ver. Aquí se trata al abuelo, te puedes sentar a hablar, a escucharlos. El vínculo es importante, yo no los tengo como pacientes, los tengo como mi familia: prácticamente pasamos más tiempo con ellos que en casa. Se aprende mucho de ellos, se piden consejos, le comentas cosas de tu vida, profundizas un poco más. Es algo mutuo, ellos aprenden de nosotras y nosotras de ellos.
¿Qué cosas te molestan en el día a día?
Ir deprisa me da mucha rabia. Pero no con vosotros sino conmigo misma. Me genera que tengo que hacerlo demasiado rápido y vosotros no tenéis culpa. Es un trabajo que tiene que seguir un ritmo. Te dejas cosas por hacer y creo que vosotros necesitáis tiempo para asearos, para conversar, para que podáis transmitirnos qué os duele.
Te habrás encontrado muchas veces gente mandona y exigente,
¿Cómo haces para poder atenderlos?
Bueno, respiro... ¡Y a veces cuento hasta 10! A veces no vale la pena, a veces no saben explicar qué les pasa, algunos tienen demencia y no lo hacen queriendo. ¡Ya no os vamos a cambiar, tenéis una edad!(risas)
¿Para trabajar como auxiliar basta con que tú hagas bien tu trabajo? ¿Cuánto de pendes de tus compañeras en el trabajo?
Es importantísimo el buen equipo. Por suerte nosotras nos compenetramos muy bien. Donde yo no llego llega la otra. Eso es muy importante, es la base.
¿Cómo te imaginas dentro de 40 años?
Yo definitivamente seré la más mandona. Me gustaría llegar bien, poder hablar, expresarme. Yo soy consciente que con el estrés que llevamos en nuestra vida creo que no llegaremos. A mí me gustaría que me trajeran a una residencia. Porque los hijos no se pueden hacer cargo de su padres con todas las obligaciones y responsabilidades que tienen ya. Me gustaría que me atendieran, conversar con alguien porque creo que en casa será más difícil recibir esa atención. Seguro que seré muy exigente, porque conozco el sector.
¿Cómo imaginas los Centros de Mayores del futuro?
Que no vayan las auxiliares con tanta prisa, que vayan tranquilas, que cuando yo demande puedan estar pendientes de mí. Que no me dejen porque “como esta no habla”, vamos a aten- der primero a los otros. Quiero que estén por mí. A veces necesita más estas personas que no hablan, que alguien que pueda comunicar. A mí que me lleven al parque, a comer sushi, música disco y cócteles. Cine, palomitas,... (Entre risas)
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any 2020