Page 243 - Frankenstein, o el moderno Prometeo
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[36]  Edward John Trelawny explica en su libro Memorias de los últimos días de Byron

           y Shelley,  op.  cit.,  pág.  178:  «Byron  me  pidió  que  le  reservara  el  cráneo,  mas  al
           recordar que antes había usado otro cráneo para beber, decidí que el de Shelley no
           sería objeto de semejante profanación». Destacar que Trelawny lloró amargamente la
           pérdida  de  Shelley.  Sobre  ello  escribió  Mary:  «…  su  llanto  fue  el  más  elocuente

           panegírico  de  Shelley,  y  casi  fui  feliz  de  ver  que  él  era  tan  infeliz  que  se  sentía
           incapaz de hacer el más mínimo intento de elogiar a un amigo». <<









































































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