Page 46 - Memmoria 2015 11-24_Neat
P. 46

El domingo 7 de junio, “Coloquios Culturales” de la
                                                           Editorial Ego Group Inc., presentó una charla sobre la
                                                           proyección de la puesta en escena de “Yerma”, obra de
                                                           Federico García Lorca, realizada en la ciudad de
                                                           Holguín, Cuba, auspiciada por el Teatro Lírico Cubano,
                                                           bajo la dirección de Orlando J. Coré Fernández quien
                                                           estuvo a cargo del programa.
                                                           Después de evocar un pensamiento del poeta español
                                                           Jorge Guillén en que se refería a Lorca como “criatura
                                                           extraordinaria que quiere decir más que hombre”, y
                                                           luego de leer fragmentos de una carta dirigida por el
                                                           poeta a Regino Sains de la Maza, fue proyectado el
                                                           video de “Yerma” el cual ha tenido más de 24,000
                                                           visitas en Youtube. com.
                                                           Luego de la proyección y de las numerosas preguntas y
                                                           comentarios que se sucedieron, Orlando Coré
                                                           Fernández, el director invitado, se refirió al hondo
significado que para él había tenido esa puesta en escena y manifestó su deseo de presentarla de nuevo.

                                                    Palabras de presentación a Desde el libro del alma ,
                                                    de Carmina Benguría, por Orlando Coré. 6 de
                                                    septiembre de 2015.
                                                    Un día de gran nieve, de 1579 o 1580, la Madre
                                                    Teresa de Jesús cuenta a su confesor Diego de Yepes
                                                    (quien llegaría a ser también biógrafo de la Santa)
                                                    cómo le había hecho el Señor una gran merced de
                                                    manifestársele mostrándole un globo hermosísimo
                                                    de cristal a manera de castillo con siete moradas, y
                                                    en la séptima que era en el centro, estaba el Rey de
                                                    la gloria con gran resplandor, que hermoseaba e
                                                    ilustraba todas aquellas moradas…
                                                    En su libro CASTILLO INTERIOR o LAS
                                                    MORADAS, que la Madre Teresa de Jesús escribe
                                                    después de que el libro de su VIDA fuera confiscado
por la Inquisición, es considerada nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy
claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. Justo
en la conclusión de su obra, la Madre Teresa de Jesús añade que Aunque no se trata de más de
siete moradas, en cada una de estas hay muchas: en lo bajo y alto y a los lados, con lindos
jardines y fuentes y laborintios y cosas tan deleitosas, que desearéis deshaceros en alabanzas
del gran Dios, que lo crió a su imagen y semejanza.
Entrar a ese castillo interior que es el alma de cada uno y pasar una a una las siete moradas hasta
alcanzar el centro, no es un camino fácil, nos revela la Madre Teresa de Jesús: no está la cosa en
pensar mucho, sino en amar mucho (…) Quizá no sabemos qué es amar. Y dice más la Santa
Doctora Mística: …veo secretos en nosotros mismos que me traen espantada muchas veces. ¡Y
cuántos más debe haber! ¡Oh Señor mío y Dios mío, qué grandes son vuestras grandezas!, y
andamos acá como unos pastorcillos bobos, que nos parece alcanzamos algo de Vos y debe ser
tanto como nonada, pues en nosotros mismos están grandes secretos que no entendemos.

                                                               46 
 
   41   42   43   44   45   46   47   48   49   50   51