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De las sugestiones del Desarrollo Sostenible y otros conceptos conexos
Desarrollo Sostenible. Una atención especial merece este concepto (Pichardo Muñiz, 2004). Algunas definiciones son parciales e inconclusas y su mayor capacidad de interpelación, quizás por su simpleza, es la alcanzada por el Informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y el Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 1987) bajo el título de “Nuestro Futuro Común” (“Our Common Future”), mejor conocido como el Informe Bruntd- land.
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Desarrollo Sostenible:
“... asegurar que se satisfagan las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”.
Nuestro Futuro Común
Fuente: ONU, 1987, p. 23.
Recuadro 18. De la definición más conocida y difundida de Desarrollo Sostenible
Una definición que sigue enmarca en el principio de escasez de la economía (la limitación de recursos frente a las necesidades) con un amplio impacto en el argot político e institucional, que viene a rematar una larga trenza de cuestionamiento al Producto Interno Bruto (PIB) como indicador per se de desarrollo. De alguna manera en su conceptualización y difusión se cristali- zan los ideales del llamado movimiento de los indicadores sociales de inicios de la década de 1960 (Bauer, 1966), la intencionalidad de las propuestas del otro desarrollo (“Lo pequeño es hermoso” Schumacher, 1973; y el Informe Dag Hammarskjölod, ONU, 1975) y las definiciones del desarrollo a escala humana (Max-Neef y colaboradores, 1993), el desarrollo humano (PNUD, 1990 y siguientes) y el Desarrollo como Libertad (Sen, 1999).
Temas olvidados como la calidad de vida y el desarrollo local empiezan a cobrar nueva vigencia en el contexto de las preocupaciones por el Desarrollo Sostenible.
Se admite que se trata de un concepto equívoco y polisémico, aunque también se le reco- noce que “permite introducir un criterio para juzgar las instituciones y las prácticas” (Elizalde, 1992, p. 29). Como idea puede ayudar a diseñar y dibujar una nueva visión, una nueva com- prensión, una nueva cosmología y “constituye posiblemente el principal pretexto o argumento para realizar un cuestionamiento radical al estilo de desarrollo dominante, a los valores hege- mónicos, a la cosmovisión o paradigma vigente, y a la civilización occidental” (Elizalde, 1992, p. 91).
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