Page 46 - SUEÑA Y ESCRIBE 10 11 Y DOCENTES
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Palabras Confinadas


                               llamadas desde un teléfono diferente cada día. No

                               tuve  certeza  de  mis  suposiciones  hasta  aquel  día,
                               cuando la incertidumbre me llevó a pensar si mi vida
                               corría peligro o no, sí era la última vez que vería de

                               nuevo el cielo.

                               Era  atroz  como  sabían  que  el  hombre  estaba  al

                               borde de la muerte y a ellos solo les importaban sus
                               intereses  personales.  Salí  corriendo  de  ahí,  estaba

                               aterrado,  pero  no  sorprendido,  debí  haberlo
                               imaginado, solo me preguntaba  qué es lo que debía
                               hacer, me escondí en el lugar menos esperado, en

                               una  alcantarilla  y  aun  así  me  encontraron,  trate
                               escapar, pero me fue imposible. Hablaron conmigo y

                               me  ofrecieron  dinero,  no  lo  acepte,  en  ningún
                               momento  lo  acepte,  me  golpearon  hasta
                               desmayarme. Lo único que recuerdo de ese día fue
                               despertarme  en  medio  de  un  basurero,  en  una

                               ciudad  completamente  diferente,  con  una  bolsa
                               negra  atada  a  mi  cintura,  que  contenía  cientos  y

                               cientos de billetes, no conocía a nadie allí pero mi
                               primer instinto fue ir a la estación de policía a contar
                               lo  que  me  había  sucedido,  y  lo  que  más  me

                               desconcertó  fue  el  cinismo  de  aquellos,  estaban
                               enterados,  ellos  sabían.  Siempre  lo  saben.  Me

                               tomaron por loco, no me quedó más remedio que
                               tomar un bus, por la ruta más larga, con cientos de
                               billetes con la impotencia y culpabilidad de haberme

                               convertido en un testigo, como la mayoría de seres
                               humanos  existentes  en  el  mundo,  ajenos  a  la
                               corrupción de sus gobernantes.






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