Page 7 - I Concurso de MicroRelatos - CMRoncesvalles - Violencia de Género
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gesto de él fue coger el teléfono y llamar. Yo,
               y vio a ese chaval de no mucho más de 8 años
                   llorando. Ella en seguida llamo a mi padre, el
           Mi madre seguidamente entró en la trastienda
                           aquella   ¿por   dijo   me   puerta   sus   quemadas   que
                           en      pasaba,   salir,   la   por   Tenía   ver.   algún                Marina Payeras Russolillo,  Marina Payeras Russolillo,  Marina Payeras Russolillo,  Marina Payeras Russolillo,    Estudiante de Derecho.

                           pensaba   qué    a       eso,      pude   con   con





                           sólo  situación, sentada en la mesa y viendo lo que   realidad   dispuso   se  que le llevara todo el botiquín y una botella de   hacía   lo   destrozados,   blanquita  otro moratón y sus ojos hinchados y rojos de  tanto llorar, las piernas estaban golpeadas y no  me quiero imaginar lo golpeado que estaba su  corazón. Siempre recordaré, esa tarde, tan llena  de vida para algunos y tan oscura para otros.



                           todo    en       madre   yo        salió   cara



                           de      saber   qué lloraba ese niño?   mi   Mientras   niño   el   brazos   su
                           margen   sin     Cuando      entraba la policía.   Cuando   pequeños   cigarrillo,






                           al      pasaba           agua.             de

















                     día         la               la                          rumbo         que   se


                     un          repente          llamo   Tampoco   pequeño   chillido          Sólo

                     era         de               me   reñir.   El        un   y   de       fuerte
            DETRÁS DE UNA VENTANA
            DETRÁS DE UNA VENTANA
            DETRÁS DE UNA VENTANA
            DETRÁS DE UNA VENTANA
                     imaginar,   día   ese        más   de   sucediendo.   portazo   cambiara   tan   puerta,   cafetería.





                     a   normal, soleado, los niños salían del colegio y  jugaban delante de mi cafetería en ese parque   Pero  vida se fue. Sentada desde una mesa, veía a ese   No le di importancia, era una madre riñendo a   que   manera  no tenía mucho más de 8 años. Entonces, me  levanté de aquella mesa dispuesta a ir detrás de  la barra a contarle a mi madre lo que acaba de   un   y   girase   Alguien se había metido en nuestra trastienda   la  escuchaba chillar: “no
                     iba         vida.            lo      estaba                            la   toda


                     lo                           pero   la   qué         embargo,   me     cerrado   por

                     me          de   lleno   niño llorando.    niño,   fue   por   que

                     Nunca                            atención   sabía    Sin   ver.   hicieron   mi camino.    había   retumbó   a mi papá”.




                                 tan              un                                        y
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