Page 4 - Portfolio Amanda
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cambio de la sociedad a otra religión que no fuera la establecida, en este caso, la
religión cristiana.
Como último concepto, establece la imposición de una apertura de expediente a
todo aquel profesor que impartiera la materia fuera del régimen establecido o que
fuera en contra de él.
Más adelante, aparece la escuela nueva, un conjunto de principios que surgen a
finales del S.XIX, aunque se consolidan a primeros del S.XX como alternativa a la
enseñanza tradicional. Estos principios se basaban en una nueva comprensión de
las necesidades de la infancia. Plantean un modelo educativo completamente
diferente al tradicional, por lo que convierte al niño en el centro del proceso de
enseñanza y aprendizaje, mientras que el profesor deja de ser el punto de
referencia para convertirse en un guía para el niño. También hay un cambio en los
contenidos y en la forma de transmitirlos. Se introducen actividades libres para el
desarrollo de la imaginación y la creatividad, no sirve que el niño solo asimile el
contenido, sino que investigue y descubra acorde con su individualidad.
La educación en la II República proclamaba cambios en sentido progresista con el
fin de crear un proyecto que favorezca el Estado del Bienestar, para ello, se
basaban en los siguientes principios: una escuela única, la gratuidad especialmente
en primaria y secundaria y la obligatoriedad de la enseñanza primaria, la libertad de
cátedra y la laicidad en la enseñanza. También establece que los docentes de la
enseñanza fueran funcionarios y se facilitó a los económicamente necesitados el
acceso a la educación. De la república se destacan cambios que estaban
pendientes anteriormente, como la regulación del bilingüismo, permitiendo que se
enseñara la lengua materna si esta era diferente al castellano y se suprime la
obligación de estudiar religión, aunque esto era opcional.
Además la educación pública favorece la coeducación, es decir, atender las
necesidades de un sexo u otro de manera conjunta.
En cuestiones pedagógicas la escuela pública buscaba que tuviera una clara
conexión con la sociedad, por lo que era necesario la participación de los padres,
creándose la comunidad educativa.
La constitución de 1931 no contenía un apartado dedicado expresamente al ámbito
de la educación, pero sí recogía estos principios básicos. Esto supuso un gran
inconveniente para la Iglesia, porque defendían su derecho a enseñar y el de los
padres a la elección de centros docentes que creyeran adecuados para sus hijos.
Se dio por primera vez una “guerra escolar” entre el Estado español y la Iglesia de
Roma.
Finalmente, la constitución fue aprobada y con ella se prohibía tanto impartir clase a
las órdenes religiosas como obligar a los maestros a dar doctrina religiosa en sus
clases.