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Soy hijo de una maestra…
Yo soy hijo de una maestra y a mis 23 años de edad ¡JAMÁS pude ver a mi madre
sentada en la escuela viéndome bailar el día a las madres! ¿Sabes por qué?
porque ella estaba haciendo recuerdos para que tu hijo te diera algo ese día.
Jamás me vio bailar porque estaba enseñándole a tu hijo cómo bailar el vals de
clausura.
Siempre faltaba a la junta de padres de familia porque tenía que estar en otra
junta hablando con 30 padres de familia y decirles que "Juanito" ya se sabía cuál
era el color rojo; estaba ahí para decirles entusiasmada que " Martita" ya sabía
cuál era el número 2 y el número 5, para pedir la cooperación para la tela del
vestido de las niñas y cuando algún padre no tenía recursos suficientes ella sin
pensarlo lo daba de su bolsa y lo daba con gusto.
Me tocó ver cómo consolaba con amor a los niños cuando gritaban "Quiero a mi
mamá."
Me tocó ver cómo les daba muestras de amor.
Me tocó vivir sólo 2 años porque ella ascendió a directora y la mandaron a vivir
lejos, sólo la veía los sábados y domingos, ella viajaba 4 horas los viernes saliendo
de la escuela para poder verme a mi y a mi hermana. Los lunes viajaba a las 4 de
la mañana para llegar a las 7 y a las 8 presentarse a su jardín.
¿Sabes cuántas veces me marcaba llorando para decirme que me extrañaba y
que entendiera que todo ese sacrificio que ella hacía era para poder darme a mi
y a mi hermana un mejor futuro? que ya quería que terminara ese año para
poder pedir que la cambiaran y así estar más cerca de sus hijos y su familia.
No sabes cuántas veces me sentía mal cuando mis amigos abrazan a su madre y
yo no podía hacer lo mismo porque ella estaba en su jardín nerviosa para que el
bailable saliera bien y que Toñito no se pusiera a llorar porque ya no quería
bailar en el festival de la primavera.