Page 67 - El libro de Enoc
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Vi su morada bajo las alas del Señor de los espíritus; todos los
justos y los elegidos brillarán frente a él como el resplandor del
fuego; su boca estará llena de bendición; sus labios glorificarán el
nombre del Señor de los espíritus; y la justicia y la verdad no fallarán
ante él.
Yo deseaba vivir allí y mi espíritu anhelaba esa morada: esa era
desde antes mi herencia, tal y como había sido establecida para mí
ante el Señor de los espíritus.
En esos días alabé y ensalcé el nombre del Señor de los espíritus
con bendiciones y alabanzas porque Él me ha destinado para la
bendición y la gloria de acuerdo con el buen parecer del Señor de
los espíritus.
Por mucho tiempo mis ojos observaron ese lugar y lo bendije a Él y
lo alabé diciendo: “Bendito es Él y bendito sea desde el principio y
para siempre”.
Ante Él no hay renuncia; Él sabe desde antes de que el mundo fuera
creado qué es para siempre y qué será de generación en
generación.
Aquellos que no duermen te bendicen; ellos están ante tu Gloria y
bendicen, alaban y ensalzan diciendo: «Santo, Santo, santo es el
Señor de los espíritus, Él llena la tierra con espíritus».
Mis ojos vieron allá a todos aquellos que no duermen, bendiciendo y
diciendo: «Bendito seas tú y bendito sea el nombre del Señor de los
espíritus por los siglos de los siglos».