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incurables» para observar cómo les afectaba en el hospital Churchill de
de pacientes que «de todas formas sufrían enfermedades malignas
su reacción, y la administración de altas dosis de radiactividad a una serie
sirvieron de conejillos de Indias durante los gobiernos del laborista Harold Wilson y el conservador cuando Londres y otras doce localidades del sur de Inglaterra fueron rociadas en secreto con una serie de tres gérmenes concretos, en un ensayo de guerra bacteriológica. Según el entonces ministro de Defensa Michael Portillo, esos experimentos «no presentaban ningún riesgo para la salud pública», pero diversos microbiólogos cons
Algunos años antes, el diputado laborista Ken Livingston confirmó que
Oxford, y la inyección de yodo radiactivo en una veintena de mujeres de
en diversos experimentos nucleares ordenados por sucesivos gobiernos
275 aquella época, chocolate y unos
británicos. Las investigaciones incluían la inyección de partículas
en centros hospitalarios de Liverpool, Londres y Aberdeen para estudiar
radiactivas en la glándula tiroides de al menos 400 embarazadas tratadas

origen indio que no hablaban inglés y vivían en Coventry. Edward Heath millones de británicos causar, y quién sabe cuántos casos se produjeron en por las fechas en las que se denunció el experimento. En Suecia, entre 1946 y 1951, más prevención de la caries. Se les suministró azúcar,