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Una carta inesperada para mi amor: 3

He querido escribir esta carta, no es parte de nuestras cartas de cada mes,
es una nueva, una que nace en este momento en el que miro la belleza de la

luna, y encuentro que nada hay más tranquilizante que una llovizna nocturna.

Quisiera que estuvieras aquí para compartir este escenario, esta atmósfera,
hubo noches como está, pero más tristes, en las que pensé que te perdía,

pero ahora es una noche distinta pues siento que tengo tu amor, que siempre
lo he tenido, que lo tendré para siempre.

Miro mi reloj y pienso que tú también lo podrías estar mirando, los mismos
minutos, la misma lluvia, la misma luz blanquecina de la luna... y sonrió, porque

nos gustan las noches así, la vemos en distintos horarios, pero no es otra luz,
es la misma.

Me gusta pensar que coincidimos en el mismo espacio, en el mismo tiempo,
que nos hemos encontrado y que nunca nos perdernos el uno al otro.

Ahora hay un poco de distancia entre los dos, pero eso no importa porque

sé que piensas en mí y nos sentimos unidos en esta historia de amor que
vivimos cada día del mes y del año.

No necesito un día especial para decirte que siempre pienso en ti, en cada

momento que pasa tú estás conmigo y debes saberlo, debes saber que eres
mi guía cuando las decisiones son difíciles.

Desde que te entregué mi promesa de amarte, te entregué también mi
corazón y alma, fue lo más bonito que he hecho nunca.

Lo más vivo y sincero.

Lo que a mí me define es tu presencia en mi vida, lo más real es mi amor
por ti.

Ya no pienso en mí, sólo en ti... porque cuando pienso en ti pienso en nosotros
me siento completo, amado.

Me gusta que vivas tan dentro de mi corazón, porque allí es donde puedo
amarte, allí donde laten todas nuestras esperanzas, donde estamos los dos:

tú en mi corazón y yo en el tuyo.