Page 63 - Cómo aprendimos a volar (II Edición)
P. 63
Segunda parte. Cadenas visibles
Lo último que voy a contar es de cuando nos llevaron a la cárcel. Ahí sufrimos bas-
tante violencia, ahí no tienes derechos, no tienes derecho a hablar, tu palabra no tiene poder ni validez, para nada. Te humillan como más pueden, no puedes ni alzarles a ver porque son bien bravos. Ahí si nos humillaron bastante, nos hacían exámenes para ver supuesta-
mente que estemos
bien, porque había
mujeres que habían
sufrido bastante vio-
lencia física por parte
de los policías, pero
solo simulaban que
estaban atendiendo
y no nos daban ni medicamento. Nos insultaban, se burlaban, había bastante maltrato psico- lógico porque insultaban bas- tante, las mismas mujeres que ahí cuidan en la cárcel.
Cuando teníamos las audiencias nos sacaban espo- sadas, no podíamos ni estar hablando ni mirando, fue terri- ble. Simplemente por reclamar nuestros derechos, por eso nos llevaron, éramos inocentes,
porque nosotras no hicimos nada. Estuvimos en la cárcel por 16 días y después salimos con medidas cautelares, pero tenía- mos que estar firmando todos los lunes, incluso teníamos pro- hibición de salida del país. Yo perdí un vuelo por eso.
Ahora estoy libre, casi dos años después recién se alzó la prohibición. Me dejaron libre antes porque no había ninguna prueba, porque soy inocente. Estuve cuatro meses firmando,
ya después me deja- ron tranquila. 14 mujeres y 12 hom- bres estuvimos, de diferentes comuni- dades. Sufrí bastante porque no estaba con mis wawas, que eran menores entonces.
“Estoy libre, no me duele. Todo esto me ha dado más fuerza para seguir”
Mi hija se
ataque de nervios. A mi casa no entraron (en el allanamiento), pero pasaron por ahí burlán- dose de mis wawas y diciéndo- les que se dediquen a estudiar, que no sean tirapiedras como nosotras. Al lado de mi casa sí correteaban carros de policías y policías a pie. Mis wawas estu- vieron 16 días sin mí, mi esposo además estaba fuera del país. Gracias a dios ya no cargo con
enfermó, le dio un
61