Page 79 - Cómo aprendimos a volar (II Edición)
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No por hombres que no saben respetar a las mujeres noso- tras vamos a no querer seguir viviendo, no porque ellos tengan baja autoestima o porque crean que tienen poder sobre noso- tras y nos hagan esas cosas, nosotras vamos a agachar la cabeza. No, nosotras podemos, no somos inferiores, somos mujeres aguerridas y luchadoras.
Yo digo que sí se
puede salir adelante,
no quedarnos trun-
cadas, por eso uno
de mis anhelos más
preciados es un día
no muy lejano poder
sonreír como antes lo hacía, sólo ahí podré volar, y lo voy a lograr con el apoyo de todas las perso- nas que de verdad me quieren.
La vida nos va enseñando quiénes son verdaderas amista- des. Yo podría decir que no hay mejor amiga que la propia madre de una, ellas tienen su forma de
querer y de ser amigas fieles; a pesar de que las lastimamos, ellas siempre están a nuestro lado. Tenemos que aprender a escuchar lo que nos dicen, dejar que nos ayuden a cumplir nues- tros sueños. Son como arañas que tejen su tela para proteger- nos, cuidando nuestros sueños siempre para que podamos ser
felices. Hoy puedo decir que estoy muy orgullosa de ser una mujer.
Soy sencilla, pero de gran cora- zón. Cometí errores, tal vez estuvieron a punto de romperme
las alas, pero aun así me recu- peré y podré nuevamente volver a volar, pero esta vez apren- diendo de mis errores, volando mucho más alto hasta conseguir mis sueños. Buscar la libertad, volar libremente, solamente buscando mi libertad podré vivir feliz.
“Nosotras podemos, no somos inferiores, somos mujeres aguerridas y luchadoras”
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