Page 1227 - Biblia el Unico Dios
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 42 «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser mi discípulo, les aseguro que no perderá su recompensa.»
Mateo 11
Los mensajeros de Juan el Bautista
(Lc.7.18-35)
1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Jesús, envió a sus discípulos a decirle:
3 «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?»
4 Jesús les respondió: «Vayan y cuenten a Juan lo que oyen y ven:
5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos
oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva;
6 ¡y dichoso aquel que no pierda su confianza en mí!»
7 Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué
saliste a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?
8 ¿Qué saliste a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que
visten con elegancia están en los palacios de los reyes.
9 Entonces ¿a qué saliste? ¿A ver un profeta? Sí, les digo, y más que un profeta.
10 Este es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de
ti, que preparará por delante tu camino.
Mal 3:1
11 «En verdad les digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.
12 »Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él.
13 Porque todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron.
14 Y, si quieren admitirlo, él es Elías, el que iba a venir.
15 El que tenga oídos, que oiga.
16 «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los muchachos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo:
17 Tocamos la flauta, pero ustedes no bailaron; cantamos canciones tristes, pero ustedes no lloraron.”
18 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Demonio tiene.”
19 Vino el Hijo de Dios, que come y bebe, y dicen: “Ahí tienen un comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores.” Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.»
Ayes sobre las ciudades impenitentes
(Lc.10.13-16)
20 Entonces se puso a reconvenir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:




































































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