Page 1271 - Biblia el Unico Dios
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 35 Ese mismo día, cuando llegó la noche, Jesús les dijo a sus discípulos: «Vamos al otro lado del lago.»
36 Despiden a la gente y llevan a Jesús en la barca, en que ya estaba; e iban otras barcas con él.
37 En esto, se levantó una fuerte tempestad y las olas irrumpían en la barca, de manera que ya se anegaba la barca.
38 El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»
39 Jesús se levantó y dio una orden al viento, y dijo al mar: ¡Silencio! ¡Quédate quieto! El viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo.
40 Y les dijo: «¿Por qué están con tanto miedo? ¿Cómo no tienen fe?»
41 Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?»
Marcos 5
El endemoniado gadareno
(Mt.8.28-34; Lc.8.26-39)
1 Y llegaron al otro lado del lago, a la región de los gadarenos.
2 En cuanto Jesús bajó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo
3 que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas,
4 Porque muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle.
5 Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras.
6 Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él
7 y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.»
8 Hablaba así porque Jesús le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.»
9 Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?» Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos.»
10 Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región.
11 Había allí un gran hato de cerdos que pacían al pie del monte;
12 y le suplicaron: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.»
13 Jesús les dio permiso, y los espíritus impuros salieron del hombre y entraron en los cerdos. Éstos, que eran unos dos mil, echaron a correr pendiente abajo hasta el lago, y allí se ahogaron.
14 Los que apacentaban los cerdos huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido.
15 Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor.










































































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