Page 1279 - Biblia el Unico Dios
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 22 Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque.
23 Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?»
24 El, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pero los veo como árboles, pero que andan.»
25 Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, y veía de lejos claramente todas las cosas.
26 Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo.»
La confesión de Pedro
(Mt.16.13-20; Lc.9.18-21)
27 Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesárea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?»
28 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.»
29 Y él les preguntaba: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Salvador.»
30 Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él.
Jesús anuncia su muerte
(Mt.16.21-28; Lc.9.22-27)
31 Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo de Dios tendría que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días.
32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reconvenirle.
33 Pero Jesús, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»
34 Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y sígame.
35 Porque si sólo les preocupa salvar la vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mí y por anunciar las buenas noticias, entonces se salvarán.
36 ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y pierde su vida?
37 ¿O qué puede dar el hombre a cambio por su vida?
38 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo de Dios se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.»
Marcos 9
1 Jesús también les dijo: «Yo les aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios.»
La transfiguración











































































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