Page 1309 - Biblia el Unico Dios
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4 cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes consagrados a Dios, que
no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le
acompañaban?»
1 Sa.21:6
5 Y les dijo: «El Hijo de Dios es señor del sábado.»
El hombre de la mano seca
(Mt.12.9-14; Mr.3.1-6)
6 Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
7 Estaban al acecho los escribas y fariseos por si curaba en sábado, para encontrar de qué acusarle.
8 Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: «Levántate y ponte ahí en medio.» El, levantándose, se puso allí.
9 Entonces Jesús les dijo: «Yo les pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla.»
10 Y mirando a todos ellos, le dijo: «Extiende tu mano.» El lo hizo, y quedó restablecida su mano.
11 Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.
Elección de los doce apóstoles
(Mt.10.1-4; Mr.3.13-19)
12 Sucedió que por aquellos días se fue Jesús al monte a orar, y se pasó la noche orando a Dios.
13 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles.
14 A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé,
15 a Mateo y Tomás, a Jacobo hijo de Alfeo y Simón, llamado Zelote;
16 a Judas hermano de Jacobo, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Jesús atiende a una multitud
(Mt.4.23-25)
17 Bajando Jesús con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón,
18 que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados.
19 Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía.
Bienaventuranzas y ayes
(Mt.5.1-12)
20 Jesús miró a sus discípulos, y les dijo: « Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.
21 Dichosos ustedes los que tienen hambre ahora, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque reirán.