Page 1318 - Biblia el Unico Dios
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 La confesión de Pedro
(Mt.16.13-20; Mr.8.27-30)
18 Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con Jesús los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.»
20 Después Jesús les preguntó: ¿Y ustedes qué opinan? ¿Quién soy yo? Pedro le respondió: Tú eres el salvador que Dios envió
Jn.6:68-69
21 Pero les mandó encarecidamente que no dijeran esto a nadie.
22 Y les dijo: El Hijo de Dios tendrá que sufrir mucho, y será rechazado por los
ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a
matar, pero al tercer día resucitará.
23 Después Jesús les dijo a todos los que estaban allí:
«Si alguno quiere ser mi discípulo, tiene que olvidarse de hacer lo que quiera.
Tiene que estar siempre dispuesto a morir y hacer lo que yo mando.
24 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por
mí, ése la salvará.
Mt.10:39;Lc.17:33;Jn.12:25
25 ¿De qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se destruye a sí mismo?
26 Si alguno se avergüenza de mí y de mis enseñanzas, entonces yo, el Hijo de Dios, me avergonzaré de esa persona cuando venga con todo mi poder, y con el poder de mi Padre y de los santos ángeles.
27 De verdad les digo que hay algunos, entre los aquí presentes, que no gustarán la muerte hasta que vean el Reino de Dios.»
La transfiguración
(Mt.17.1-8; Mr.9.2-8)
28 Sucedió que unos ocho días después de estas palabras Jesús, tomó consigo a Pedro, Juan y Jacobo, y subió al monte a orar.
29 Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante,
30 y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías;
31 que estaban rodeados de un resplandor glorioso y hablaban de la partida de Jesús de este mundo, que iba a tener lugar en Jerusalén.
32 Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con Jesús.
33 Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía.
34 Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor.
Jesús anuncia su muerte
(Mt.16.21-28; Mr.8.31-9.1)





































































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