Page 1320 - Biblia el Unico Dios
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51 Sucedió que como se iban cumpliendo los días en que Jesús había de ser recibido arriba, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén,
52 y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada;
53 pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén.
54 Al verlo sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?»
55 Pero volviéndose, les reprendió; ustedes no saben de qué espíritu son;
56 porque el Hijo de Dios no ha venido para perder las almas, sino para salvarlas. y se fueron a otro pueblo.
Los que querían seguir a Jesús
(Mt.8.18-22)
57 Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas.» 58 Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo de Dios no tiene donde reclinar la cabeza.»
59 A otro dijo: «Sígueme.» El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
60 Jesús le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.»
61 También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.»
62 Jesús le dijo: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.»
Lucas 10
Misión de los setenta
1 Después de esto, designó el Señor Jesús a otros 70, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.
2 Les dijo: «Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla.
3 Vayan ustedes; miren que los envío como corderos en medio de lobos.
4 No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saluden a nadie en el camino.
5 En la casa en que entren, digan primero: “Paz a esta casa.”
6 Y si hubiere allí un hijo de paz, su paz reposará sobre él; si no, se volverá a ustedes.
7 Permanezcan en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayan de casa en casa.
8 En la ciudad en que entren y los reciban, coman lo que les pongan;
9 curen los enfermos que haya en ella, y díganles: “El Reino de Dios está cerca de ustedes.”
10 En la ciudad en que entren y no los reciban, salgan a sus plazas y digan:
11 “Hasta el polvo de su ciudad que se nos ha pegado a los pies, lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca.”