Page 1336 - Biblia el Unico Dios
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La venida del Reino
(Mt.24.23-28,28-41)
20 Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir.
21 Y no dirán: “Vedlo aquí o allá”, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes.»
22 Dijo a sus discípulos: «Días vendrán en que desearan ver uno solo de los días del Hijo de Dios, y no lo verán.
23 Y les dirán: “Vedlo aquí, vedlo allá.” No vayan, ni corran detrás.
24 Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo de Dios en su Día.
25 Pero, antes, le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación. 26 «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo de Dios.
27 Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
28 Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; Gn.7:1...
29 pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Gn.19:24
30 Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo de Dios se manifieste.
31 «Aquel Día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás.
32 Acuérdense de la mujer de Lot. Gn.19:26
33 Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.
34 Yo se lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro dejado;
35 habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra dejada.»
36 Y le dijeron: «¿Dónde, Señor?» Jesús les respondió: Todos saben bien que allí donde se juntan los buitres, hay un cuerpo muerto. Así será cuando yo venga: todos lo sabrán con seguridad.
Lucas 18
Parábola de la viuda y el juez injusto
1 Jesús les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer.
2 «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 En el mismo pueblo había también una viuda que tenía un pleito y que fue al juez a pedirle justicia contra su adversario.
4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres,
5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente y me agote la paciencia.”»
6 Dijo el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto;