Page 1541 - Biblia el Unico Dios

5 Que el Señor Jesús guíe sus corazones hacia el amor de Dios y la tenacidad de su hijo Jesús.
El deber de trabajar
6 Hermanos, les mandamos en nombre del Señor Jesús que se aparten de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibieron.
7 Ya saben ustedes cómo deben imitarnos, pues estando entre ustedes no vivimos desordenadamente,
8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que día y noche con fatiga y cansancio trabajamos para no ser una carga a ninguno de ustedes.
9 No porque no tengamos derecho, sino por darles en nosotros un modelo que imitar.
10 Además, cuando estábamos entre ustedes les mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.
11 Porque nos hemos enterado que hay entre ustedes algunos que viven desordenadamente, sin trabajar nada, pero metiéndose en todo.
12 A ésos les mandamos y les exhortamos en el Señor Jesús a que trabajen con sosiego para comer su propio pan.
13 Ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien.
14 Si alguno no obedece a lo que decimos en esta carta, a ése señalen y no traten con él, para que se avergüence.
15 Pero no lo miren como a enemigo, sino amonéstenlo como a hermano.
Bendición final
16 Y que el mismo Señor de la paz les dé la paz a ustedes en todo tiempo y en todas formas. Que el Señor esté con todos ustedes.
17 El saludo va de mi mano, Pablo. Esta es la firma en todas mis cartas; así escribo.
18 La gracia de nuestro Señor Jesús sea con todos ustedes.
PRIMERA EPÍSTOLA A TIMOTEO 1 Timoteo 1
(Esta carta fue escrita en el año 62-64. Fecha aproximada)
1 Pablo, apóstol del Señor Jesús, por mandato de Dios nuestro Salvador y de su hijo Jesús nuestra esperanza,
2 a Timoteo, verdadero hijo mío en la fe. Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre en su hijo Jesús, Señor nuestro.
Advertencia contra falsas doctrinas
3 Al partir yo para Macedonia te rogué que permanecieras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñasen doctrinas extrañas,
4 ni dediquen su atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios, fundado en la fe.