Page 511 - Biblia el Unico Dios
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27 Se pasó revista a los israelitas que fueron provistos de provisiones y marcharon a su encuentro. Los israelitas acamparon frente a ellos como dos rebaños de cabras, mientras que los sirios llenaban la tierra.
:)יהוה( El hombre de Dios se acercó al rey de Israel y dijo: «Así habla el Señor 28 Por haber dicho los sirios: El Señor (יהוה) es un Dios de la montaña, no es Dios de las llanuras, voy a entregar toda esta gran muchedumbre en tus manos y sabrás ».)יהוה( que yo soy el Señor
29 Acamparon frente a frente durante siete días y el séptimo día trabaron batalla. Los israelitas derrotaron a los Sirios, 100.000 infantes en un día.
30 Los restantes huyeron a la ciudad de Afec, pero la muralla se desplomó sobres los 27.000 hombres que quedaban. Ben-adad había huido y se había refugiado en la ciudad, en una habitación retirada.
31 Sus servidores le dijeron: «Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos. Deja que nos pongamos cilicio sobre nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey de Israel. Acaso te deje la vida.»
32 Se ciñeron de cilicio sus lomos y cuerdas sobre sus cabezas y fueron al rey de Israel y le dijeron: «Tu siervo Ben-adad dice: Que pueda yo conservar mi vida.» El respondió: «¿Vive aún? ¡Es mi hermano!»
33 Los hombres lo tomaron como una buena señal, y se apresuraron a tomarle la palabra diciendo: «Hermano tuyo es Ben-adad.» El dijo: «Vayan a traerlo.» Ben- adad salió hacia él, y él le hizo subir a su carro.
34 Ben-adad le dijo: «Devolveré las ciudades que mi padre tomó a tu padre; y tú pondrás plazas para ti en Damasco, como mi padre puso en Samaría.» - «Con este pacto te dejaré libre.» Hizo un pacto con él y le dejó libre.
35 Un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compañero: «Por orden del Señor (יהוה), hiéreme»; pero el hombre no quiso herirle.
36 Le dijo: «Por no haber escuchado la voz del Señor (יהוה), en cuanto te marches de mi lado, un león te herirá.» Se fue de su lado y le encontró un león, que le hirió.
37 Halló a otro hombre y le dijo: «Hiéreme.» El hombre le dio un golpe y le hirió.
38 El profeta se fue y se puso a esperar al rey en el camino. Se había disfrazado con una venda sobre los ojos.
39 Y cuando el rey estaba pasando, el profeta le dijo en voz alta: Este servidor de Su Majestad marchó al frente de batalla, y de entre las filas salió un soldado y me trajo un prisionero. Me pidió que me hiciera cargo de él, advirtiéndome que, si se me escapaba, yo le respondería con mi vida o tendría que pagarle un talento de plata.
40 Pero tu siervo estaba ocupado aquí y allá y éste desapareció.» El rey de Israel le dijo: «Esa es tu sentencia. Tú mismo lo has sentenciado.»
41 El entonces se apresuró a quitarse la venda de los ojos y el rey de Israel le reconoció como uno de los profetas.




















































































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