Page 47 - Escombros del Ayer
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Cuando expire la aurora y las aves de siempre
emprendan vuelo de sus aposentos
y el sol naciente sonrojado de enero
seque sutilmente con su aliento tibio
la húmeda hierba
y se escuche a lo lejos la tonada alegre del cucarachero
y el viento que sopla con aroma de hobo
de la sierra nevada
se acerque apacible y arrulle cual niño
las ramas agrestes del frondoso almendro
y se haya robado la fiel madrugada
tus besos, mis besos
y tú hayas cubierto tu cuerpo de niña
princesa encantada
con el traje blanco de tela de organza
y yo haya rasgado de malín el velo
que cubría tu rostro
y guardado luego en un rincón del tiempo
ya para ese entonces,
el amor furtivo se habrá consumado.