Page 228 - Historia antigua de Megico: : sacada de los mejores historiadores espnoles, y de los manuscritos, y de las pinturas antiguas de los indios; : dividida en diez libros: : adornada con mapas y estampas, e ilustrada con disertaciones sobre la tierra, los animales, y los habitantes de Megico.
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£ORBE LA POBLACIÓN DE AMERICA.
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En cuanto a las otras naciones de America, no hallándose en ellas
ninguna tradición acerca de la parte por donde pasaron sus fundadores,
nada podemos decir. Quizas el transito general se hizo por donde
pasaron los progenitores de los Megicanos, o quizas por otro punto
mui distinto. Yo congeturo que los que poblaron el Mediodía, toma-
ron la misma dirección, que los animales propios de los países calien-
tes,
y que las naciones que habitan la parte situada entre las Floridas,
y lo mas Septentrional de America deben su origen a gentes qué
pasaron del Septentrional de Europa.
La diversidad de caracteres
que se descubren entre aquellas tres clases de Americanos, y la situa-
ción de los países que ocuparon, me inclinan a creer que no son del
mismo origen, que no pasaron por los mismos puntos sus fundado-
y
res : mas esto no pasa de congetura.
Hai otros escritores que resuelven
el problema valiéndose de Ja
Atlantida, cuya existencia, combatida por el P. Acosta, ha sido soste-
nida por Sigüenza, según Gemelli,
y posteriormente, con mucha eru-
dición, por el autor de las Cartas Americanas.
Si en la descripción
que Platón hace de aquella isla en su Timeo, no se hallaran tantas
fábulas increíbles, seria de gran peso la autoridad de aquel filosofo.
Dejando pues a otros esta disputa vengamos al punto mas difícil del
problema.
4. Los cuadrúpedos, y reptiles del Nuevo Mundo pasaron por
tierra.
Esta verdad se acredita manifestando la improbalilidad, o la
inverosimilitud de las opiniones contrarías. El gran doctor de la
Iglesia S. Agustín creyó que
las fieras, y los animales dañinos que
están en las islas pudieron ser llevados a ellas por el ministerio de los
angeles, como puede creerse que por estos agentes de la voluntad
divina se hizo la reunión de los animales en el sitio en que se cons-
truyó el arca de Noe, no siendo posible que los hombres congregasen
las fieras errantes en los bosques, y los pájaros que volaban por regio-
nes tan diversas.
Pero esta solución, que corta la dificultad del tran-
sito de los animales al Nuevo Mundo, no sera bien recibida en
el
siglo presente, ni debemos hacer uso de ella, sino después de haber
reconocido la inutilidad de todas las demás esplicaciones que se em-
pleen en salvar la verdad de los libros Santos.
El mismo Santo Doctor sugiere otras tres soluciones de la dificul-
tad.
; pudieron ser
Pudieron las fieras, dice, pasar a nado a las islas
; pu-
transportadas por los hombres, para tener caza con que divertirse
dieron en fin ser formadas de la tierra, como lo fueron al principio del
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