Page 345 - Historia antigua de Megico: : sacada de los mejores historiadores espnoles, y de los manuscritos, y de las pinturas antiguas de los indios; : dividida en diez libros: : adornada con mapas y estampas, e ilustrada con disertaciones sobre la tierra, los animales, y los habitantes de Megico.
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330         HISTORIA ANTIGUA DK MEGICO.
                                 ciones, leyes admirables, y dignas de ser imitadas por los pueblos Cris-
                                 tianos. ¿Cual de estos dos testimonios tan opuestos debemos preferir ?
                                 Decidalo la imparcialidad de los lectores.
                                   Yo entretanto no puedo menos de copiar aqui un pasage de  las
                                 Investigaciones Filosóficas, en que el autor se muestra no menos mal-
                                 diciente que enemigo de la verdad.  " Al principio, dice, no se creyó
                                 que los Americanos eran hombres, si no sátiros, o monos grandes, que
                                 era licito matar sin escrúpulo, ni remordimiento.  Al fin, para que no
                                 faltase la ridiculez a todas las calamidades del tiempo, hubo un papa
                                 que promulgó cierta donosa bula, en que declaró que, deseando fundar
                                 obispados en los paises mas ricos de America, era de su agrado,  y
                                 del Espiritu Santo reconocer por hombres a los Americanos  : de modo
                                 que, sin esta decisión de un Italiano, los habitantes del Nuevo Mundo
                                 serian hoi, a los ojos de los  fieles, una raza de hombres equivocos.
                                 No hai egemplo de una decisión semejante desde que  los monos, y
                                 los hombres habitan el globo terráqueo."  ¡ Ojala no hubiese en  el
                                 mundo otro egemplo de semejantes calumnias, e insolencias como las
                                 que emplea Mr. de Paw  ! Mas afin de dejar mas a descubierto su ma-
                                 lignidad, daremos una copia de aquella decisión papal, después de
                                 haber espuesto su motivo.
                                   Algunos de los primeros Europeos que se establecieron en America,
                                 no menos poderosos que avaros, queriendo aumentar sus riquezas a
                                 espensas de  los Indios,  los tenian continuamente  ocupados, y  se
                                 servían de ellos como de esclavos ; y  para evitar las amonestaciones
             s                   que les hacian los obispos, y los misioneros,  afin de que los tratasen
                                 humanamente, y  les dejasen algún tiempo  libre,  a  lo menos, para
                                           para desempeñar sus obligaciones Cristianas, y domes-
                                 instruirse, y
                                 ticas,  aquellos hombres codiciosos  e  injustos propagaban que  los
                                 Indios estaban destinados por la naturaleza a la esclavitud, que eran
                                 incapaces de instrucción, y otros semejantes despropósitos de que hace
                                 mención  el Cronista Herrera.  No pudiendo aquellos celosos ecle-
                                 siásticos, ni con su autoridad,  ni con sus exortaciones, sustraer los
                                 pobres neófitos al yugo de sus opresores, acudieron a  los reyes Cató-
                                 licos, y finalmente obtubieron de su equidad, y clemencia aquellas
                                 leyes tan favorables a los Indios, y tan honrosas a la corte de España,
                                 que se leen en la Nueva Recopilación de las leyes de Indias,  las
                                 cuales se debieron principalmente  ai celo infatigable del obispo Las
                                 Casas.  Por otra parte, D. Julián Garcés, primer obispo de Tlascala,
                                 sabiendo que  los Españoles, apesar de su perversidad, miraban con
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