Page 262 - El Orinoco, ilustrado, y defendido, historia natural, civil, y geographica de este gran rio, y de sus caudalosas vertientes: govierno, usos, y costumbres de los Indios sus habitadores con nuevas, y utiles noticias de animales, arboles, frutos, aceytes, resinas, yervas, y raices medicinales
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V*8 EL ORINOCO ILUSTRADO,

                               ble , que fi e! Cay man fe mirara en un efpe-i

                                jo » huyera temblando de si miímo. No pue^

                                de idear la mas viva fantasía una pintura mas

                                propria del Demonio , que retratándole con

                                todas fus feñales. Aquella trompa feroz , y

                                berrugofa , toda negra , y de duro hueffo;

                                Con quixadas , que las he medido , de qua-j

                                tro palmos, y-algunas algo mas: aquel la-i

                                berynto de muelas, duplicadas las filas arri-i

                                ba , y abaxo ; y tantas, no sé fi diga nava¬

                                jas aceradas , dientes , ó colmillos : aque-'

                                jilos ojos refaltados del caico , perfpicaces, y

                                maliciofos, con tal maña , que fumida toda

                                la corpulenta befiia baxo del agua , faca uni-;

                                camente la fuperficie de ellos, para regiftrar-í

                                lo todo fin fer vifto : aquel dragón de qua-,

                                tro pies horribles, efpantofo en tierra , y forí

                                midable en el agua , cuyas duras conchas re-:

                                chazan a las balas, fruftrandoles el Ímpetu»

                                y cuyo cerro de broncas, y defíguales pun-j

                                tas, que le afea el lomo , y la cola , de al-j

                                ío á baxo, publica » que todo él es feroci^

                               dad , faña , y furor : por lo qual no hallo

                               términos , que expliquen la realidad de las

                               efpecies , que de eíte infernal monftruo reteñí

                               go concebidas.

                                      La dicha de los hombres es, que no to-:

                               dos los Caymanes fon carniceros, ni de fuyo

                               fe alimentan con otra cofa , que con pefca-

                               do , y no fiempre le tienen a mano , porque

                               pefado el Cayman , de tardo movimiento,

                               y temerofos , y aun efcarmentados de fu fe-;

                               ¡rqcidad los peces , fe le pallan los dias fin,
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