Page 278 - El Orinoco, ilustrado, y defendido, historia natural, civil, y geographica de este gran rio, y de sus caudalosas vertientes: govierno, usos, y costumbres de los Indios sus habitadores con nuevas, y utiles noticias de animales, arboles, frutos, aceytes, resinas, yervas, y raices medicinales
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264 EL ORINOCO ILUSTRADO,                                                         i •

                               Naciones ion mas inclinadas al cultivo de la

                               tierra , otras menos, y en todas (como ya


                                queda dicho ) el mayor pefo del trabajo re¬
                                cae fobre las pobres rriugeres, afsi en las ta¬


                                reas del campo, como en las domefiieas, unas?

                                y otras mal agradecidas , y peor pagadas pof

                                fus maridos.

                                        Es muy diverfo el modo , y mucho me^

          Modo'&cul- nor ej trabajo , que tienen en cultivar las
          tívar lascivas defpues que admiten Padres Mifsione-


                                 ros, y por fu medio confíguen herramientas

                                 defpues de congregados a vida civil en Co¬

                                 lonias. Los Gentiles , unos vivian ( y otros

                                 muchos aun viven ) efeondidos entre dilata¬

                                 das felvas, é impenetrables bofques : otros

                                 en efpaciofos llanos, al abrigo de las vegas de

                                 los Ríos. Los habitadores de las felvas, yo no

                                 percibo hafta ahora como podía fu trabajo

                                 producir fruto fuficiente para fu manuten¬

                                 ción j porque para fembrar , deben primero

                                 cortar la maleza > derribar los arboles, y que-,

                           • mar defpues uno , y otro para defcubrír el

                                 terreno , que ha de recibir las femillas ; y

                                  hacer toda eíla faena fin herramienta , me

                                  caufó fiempre gran dificultad , y aun me can¬

                                  ia y porque jamas quede íatísíecho ue lo mif-

                                  mo que vi , oí > y experimente. La primera

                                  vez que entré a los Gentiles fiiyefires > creí,

                                  que para !a tofquedad de ellos , feria fuerte

                                  argumento, para agregarlos a mejor fino, pon¬

                                  derarles , que a!!i no tenían herramientas coa

             Hachás de pie- qlje fozar , limpiar ¿a tierra , y derribar los

             drapauaca- arb0iC5. pero no fue afsi , porque facandq
             car, - - - r : fus
                                                                                                                 —. ^




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