Page 9 - Egipto Tomo 1
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Ol
                           e dónde proviene el poderoso atractivo que encierra el antiguo imperio
                            de los Faraones? ¿Cómo se explica que su nombre, su historia, su
                            modo dé ser v sus monumentos nos interesen de una manera muy
                            distinta que los de otras naciones de la antigüedad”?
                              No sólo  la parte instruida y culta de los pueblos occidentales,
            sino también los hombres todos, sea la que se quiera su condición, es decir,  el mundo
            entero, conoce el Egipto y los antiquísimos caractéres que de los demás países le distinguen.
            Antes que  el niño conozca el nombre del rey ó del príncipe de su país, ha oido hablar, y no
            poco, del Faraón bueno y del malo; ántes que haya encomendado á la memoria los nombres
            de los ríos que cruzan su patria, oyó hablar del Nilo, en cuyas riberas, cubiertas de caña-
            verales,  fué encontrado por  la compasiva princesa  el  cestito de juncos, que encerraba al
            tierno Moisés. ¿Quién no conoce va desde niño  la historia, embelesadora para todas las
            edades de  la vida,  del virtuoso y prudente José, y aquel venerable Egipto, en que encontró
            su salvación la Madre de Dios con su hijo Jesús?
               Pero la Sagrada Escritura, que nos habla especialmente del valle del Nilo, nada nos dice
            de las Pirámides, ni de las otras obras humanas, que con estar sujetas á destrucción como
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