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Estomático: Entomáquico. Que estimula y fortalece las funciones del
estomago.
Eupéptico: Digestivo estomacal. Facilita la digestión e incrementa el
apetito.
Galactogogo: Lactígeno. Estimula la producción de leche materna
(Oxitocina: hormona característica galactogoga)
Hemostático: Detiene los procesos hemorrágicos. Permite la formación
de coágulos para detener la hemorragia, para luego reparar el daño y
finalmente disolver el coagulo.
Hepático: Hepatoprotector. Que estimula y protege la función del
hígado.
Hipoglucemiante: Que disminuye la cantidad de glucosa en la sangre.
Hipoproteinémia: Disminución del tenor de las proteínas en la sangre.
Hipotonía: Disminución de la tensión muscular.
Intestinal: Que favorece las funciones intestinales.
Laxante: Facilita la eliminación de las heces. El abuso de laxantes puede
provocar parálisis intestinal, síndrome irritable de los intestinos,
pancreatitis y hemorroides.
Mineralizante: Favorece la absorción e incorporación de sustancias
minerales por el organismo.
Miotónico: Que tonifica y fortalece la musculatura.
Neurotónico: Que nutre y fortalece los nervios.
Oftálmico: Que se usa en el tratamiento de las afecciones del ojo.
Purgante: Laxante enérgico.
Renal: Estimulante general de las funciones renales.
Resolutivo: Que facilita la recuperación de inflamaciones y
tumefacciones.
Revulsivo: Que puede provocar el dislocamiento de una inflamación de
uno a otro punto del organismo.
Sialagogo: Capaz de provocar salivación.
Tónico: Revigoriza, estimula y fortifica los órganos débiles, restablece
su funcionamiento normal recuperando su energía y fuerza vital.
Propiedad de excitar la actividad orgánica.
Vitaminizante: Que provee vitaminas y favorece su incorporación al
organismo.
Vulneraria: Favorece la curación de heridas, como abscesos, cortes,
quemaduras, rozaduras, grietas, ulceras, granos, entre otros.

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