Page 88 - Historia política y militar de Napoleón Bonaparte, puesta en su verdadero punto de vista
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7 6            HISTORIA
                           1799. lió  del  Consejo  de  los  ancianos  y  se  di-  «el  tirano:  fuera  de  la  ley  Napoleon.»  1799.
                                 rigió  al  de  los  quinientos  acompañado Llegó  á  tal  punto  el furor,  que  algunos
                                 de  una  guardia  de  granaderos.  Es  im- se  avanzaron  para  asesinarle:  este fue  el
                                 posible  describir  la  indignación  de  los  momento  mas  crítico  de  la  vida  de  Bo-
                                 diputados  al  ver  que  las  armas  domi-  naparte:  el terror  se apoderó  de él,  y ni
                                 naban  en  el  salón.  Por  un  movimiento  hablar  pudo  para  invocar  el  socorro  de
                                 involuntario  y  simultáneo  se  levantaron  sus  granaderos.  El  general  Lefevre  co-
                                 todos,  y  un  gran  número  de  ellos  co-  noció  el  peligro  inminente,  y  puesto  al
                                  menzaron  á  gritar  con  un  furor  difícil  frente  de  estos,  corrió  hácia  la  tribuna
                                  de  pintarse:  «¡En  este  lugar  sables!  para  salvarle,  y  lo  logró  á  duras  penas,
                                    E
                                  «j n  este  lugar  gente  armada!  Abajo  el sacándole  del  salón.
                                  «Dictador:  abajo  el tirano:  fuera  de  la  Habian  hecho  tal  impresión  sobre  el
                                  «ley  el  nuevo  Cromwel:  muerte  al  ti-  espíritu de  Bonaparte  las palabras  fuera
                                  « rano.»  Esta  escena  sorprendió  é  impu- de  la  ley,  que  llegó  á  turbársele  el jui-
                                  so mas  á Napoleon que  no  le  babian  im- cio;  y  sin  saber  lo  que  hacia  montó  á
                                  puesto  los  ejércitos  enemigos  en  sus  ar- caballo,  y  se  dirigía  á París  gritando co-
                                  riesgadas  expediciones.  A  medida  que mo  un  loco:  Yo  soy  el  Dios  de  la
                                  adelantaba,  los  diputados  mas  atrevidos guerra.  Murat,  al  ver  que la  victoria  iba
                                  le  atacaban  con  dicterios  y  con  amena- á  quedar  por  el  Consejo de  los  quinien-
                                  zas :  llegó  á  subir  á  la  tribuna;  pero  ni tos ,  detiene  á  Napoleon,  le  anima  y  le
                                  una  sola  palabra  le  dejaron  proferir  los pone  á  la  vista  las  tropas,  todas  deci-
                                  repetidos  y  furibundos  gritos  de  «abajo didas  en  su  favor.  Napoleon  vuelve  en



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