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nos cómo lo fabrica y lo produce. Por eso nos abre las puertas de su taller para enseñarnos todo lo que sabe del oficio. Plasma una serie de ideas acerca de lo que para él supone la literatura y desde qué perspectiva y con qué herramientas debemos enfrentarnos al universo de la escri- tura. Es una súper master class para aspirantes
a escritores y para amantes de la lectura. Así que ya te adelanto, que si no te gusta ni leer ni escribir, quizá ni este libro ni este artículo estén hechos para ti. Eso sí, te aseguro que aprenderás muchísimo.
Todo comienza con lo que King llama “Cu- rrículum Vitae”, una serie de recuerdos de su complicada infancia y adolescencia y de sus pri- meros pasos como escritor. Un breve y sencillo compendio de todas esas vivencias que dejaron huella, de una u otra manera, en su creación literaria: su afición al cine de serie B, sus vagos recuerdos del colegio y de sus compañeros, sus primeros trabajos remunerados, cómo conocio
a su mujer Thabita, el sabor del primer éxito con Carrie (la novela que hizo temblar a medio mundo) y hasta las cicatrices que tanto el alco- hol como la droga dejaron en sus historias. En definitiva, retazos de toda una vida dedicada a contar historias.
El objetivo de la narrativa es poner cómodo al lector, contarle una historia y hacerle olvidar que está leyendo una historia
“¿Qué es escribir?”, se pregunta King en la se- gunda parte de su libro. “Telepatía”, se responde a sí mismo. “Todas las artes dependen de la tele- patía en mayor o menor medida, pero la literatu- ra ofrece su destilación más pura”. Y es que este arte supone un ejercicio de comunicación mental entre el escritor y el lector, el cual debe realizar- se en el tiempo, además de en la distancia. Y es por ello que “los libros son la magia más portátil que existe”.
Pero además de un arte, la escritura también es un oficio. Y como cada oficio necesita sus propias herramientas para ejercerse. King establece una metáfora: como buen carpintero o mecánico,
todo escritor, para sacarle el máximo partido a
la escritura, debe construirse su propia caja de herramientas con varios pisos o bandejas. En la de encima debe colocar el vocabulario y la gra- mática, imprescindibles para poner de pie a las ideas y hacer que caminen. Y la capa de debajo corresponde a los elementos estilísticos. Pero a pesar de todo esto, como bien demuestra Stephen King, “el lenguaje no está obligado a llevar per- manentemente corbata y zapatos de cordones.
El objetivo de la narrativa no es la corrección gramatical, sino poner cómodo al lector, contar una historia... y, dentro de lo posible, hacerle ol- vidar que está leyendo una historia”. Así es como verdaderamente se consigue seducir al lector, sin olvidarse de la magia, para entrar de lleno en el corazón de la escritura.
Para ser un buen escritor es imprescindible hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho
Y puestos a comparar, King también compara la escritura con la paleontología: “Contar una buena historia es descubrirla, desenterrarla; pedazo a pedazo, como un fósil. Nunca se debe hacer uno un resumen por adelantado de la historia que quiere contar. Debe tenerse una idea general del fósil que vamos a desenterrar de acuerdo al primer hueso (la primera idea) que encontramos. Pero darle un aspecto determina- do antes de desenterrarlo equivale a coartarlo,
a forzarlo a encajar en nuestra primera visua- lización, que puede no ser la correcta”. Por eso, el autor recomienda realizar, al menos, dos revisiones (una a puerta cerrada y otra a puerta abierta) de lo que estés escribiendo, teniendo en cuenta que escribes para una persona en con- creto aparte de para ti mismo, un “Lector Ideal”. Este L.I. estará siempre en tu habitación de
18 | VILLA McLUHAN | WGO? 2018 STEPHEN KING. MIENTRAS ESCRIBO