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ten realmente al igual que los ríos, los árboles o los leones? ¿O son realidades imaginadas? ¿Qué poder tienen? ¿Podríamos vivir hoy sin ellos?
En un libro que puede ser interpretado desde va- rios puntos de vista es interesante analizar el papel que expone el autor en referencia a dos cuestiones fundamentales que tienen mucho que ver con la comunicación y el marketing: la invención de la ficción y la narrativa en el ser humano.
Si viajamos atrás en el tiempo y nos situamos en una época histórica en la cual los seres humanos vivían en pequeñas tribus de no más de 150 indivi- duos encontramos muchas semejanzas y parecidos sociales a como viven hoy en día los primates. Pero una vez que se cruza el umbral de los 150 indivi- duos, la organización social no puede funcionar del mismo modo. No se puede gestionar una divi- sión con miles de soldados de la misma manera que a un pelotón. Los negocios familiares de éxito suelen entrar en crisis cuando crecen y emplean a más personal. Si no se pueden reinventar, van a la quiebra. ¿Cómo consiguió el Homo sapiens cruzar este umbral crítico y acabar fundando ciudades que contenían decenas de miles de habitantes e imperios que gobernaban a cientos de millones de personas? Según la tesis de Yuval el secreto fue la aparición de la ficción.
Contar relatos efectivos no es fácil. La dificultad no estriba en contarlos, sino en convencer a todos y cada uno para que se los crean
En este punto es donde Harari pone como ejemplo a las religiones, a las naciones y al sistema judi- cial. Las religiones se basan en mitos comunes.
Dos católicos que no se conozcan de nada pueden, no obstante, participar juntos en una cruzada o aportar fondos para construir un hospital, porque ambos creen que Dios se hizo carne humana y acce- dió a ser crucificado para redimir nuestros pecados. Los estados se fundamentan en mitos nacionales
comunes. Dos serbios que nunca se hayan visto antes pueden arriesgar su vida para salvarse el uno al otro porque ambos creen en la existencia de la nación serbia, en la patria serbia y en la bandera serbia. Los sistemas judiciales se sostienen sobre mitos legales comunes. Sin embargo, dos abogados que no se conocen de nada pueden combinar sus esfuerzos para defender a un completo extraño porque todos creen en la existencia de las leyes, la justicia, los derechos humanos... y en el dinero que se desembolsa en sus honorarios.
Los hombres y las mujeres de negocios y los abogados modernos son, en realidad, poderosos hechiceros
Los primates no tienen esa capacidad cognitiva. Tampoco ningún animal. El ser humano es la única especie que cree en mitos que sólo existen en la imaginación colectiva. Y ahí radica su poder para cambiar el mundo. Ninguna de estas cosas exis-
te fuera de los relatos que la gente se inventa y se cuentan unos a otros. No hay dioses en el universo, no hay naciones, no hay dinero, ni derechos huma- nos, ni leyes, ni justicia fuera de la imaginación común de los seres humanos. La gente entiende fácilmente que los «primitivos» cimenten su orden social mediante creencias en fantasmas y espíritus, y que se reúnan cada luna llena para bailar juntos alrededor de una hoguera. Lo que no conseguimos apreciar es que nuestras instituciones modernas funcionan exactamente sobre la misma base.
Llegados a este punto es posible que a muchos
de los que estáis leyendo este artículo os parezca absurdo lo que propone Harari. Es posible. Él mismo advierte al lector que habrá gente que no compar- tirá sus ideas y que lo comprende. Sin embargo, es interesante observar cómo vincula los mitos y la ficción al mundo empresarial actual. Según el autor los hombres y las mujeres de negocios y los aboga- dos modernos son, en realidad, poderosos hechice- ros. La principal diferencia entre ellos y los chama- nes tribales de la antigüedad es que los abogados
44 | VILLA McLUHAN | WGO? 2018 YUVAL NOAH HARARI. SAPIENS. DE ANIMALES A DIOSES