Page 16 - Novelas
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8           OBRAS DE SELGAS.
        Muy bien  ; pero es  el caso que la ciencia de
      los hombres es muy celosa de su jurisdicción  , y
      no consiente, bajo pena de completa ignorancia,
      secreto ni misterio alguno en que no puedan pe-
      netrar sus investigaciones. Es decir, que lo que
      ella no puede explicar de algún modo, no pue-
      de existir de ninguna manera. No hay más que
      dos potestades supremas  : la naturaleza que todo
      lo hace, y la ciencia que todo lo sabe. Fuera del
      poder de la naturaleza y del conocimiento de la
      ciencia, todo es puro desatino.
        No por eso nos ha cerrado la puerta ai encan-
      to de los prodigios; nos consiente  el recreo de
      las más estupendas maravillas  , con  tal de que,
      las reconozcamos como obras suyas, porque se
      ha atribuido con la mayor naturalidad del mun-
      do el poder de hacer milagros, contando con no
      sé qué complicidades de  la naturaleza. Así es
      que nos tiene prometida la eternidad del hombre
      sobre la tierra por la virtud específica de agen-
      tes naturales que se descubrirán en su día. Del
      mismo modo nos ofrece  la reproducción de la
      especie humana por medio de la agricultura, mé-
      todo sencillo, que se reduce á sembrar en terre-
      nos fértiles el polvo de los cementerios. Además,
      nos anuncia la resurrección de la carne, que habrá
      de verificarse sin más intervención que el poder
      de combinaciones químicas.
         Como se ve, la ciencia nos autoriza á creer tan
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