Page 235 - Novelas
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!
DOS MUERTOS VIVOS
i,
TESTIGO, JUEZ Y VERDUGO.
1 errad bien las puertas, de modo que no
podáis ser sorprendidos por la presen-
I
¡ cia de algún indiscreto ; cerrad las cor-
tinas , de manera que corten el paso á las mira-
das sorprendentes con que la curiosidad de los
importunos pueda espiaros. ¡Qué diablo!....
No estáis de humor de que os vean, de que os
oigan ni de que os entiendan , porque os halláis
en un momento particular de vuestra vida , en
el que, si estuviera en vuestra mano , borraríais
el nombre con que se os conoce, de la memoria
de las gentes; momentos singularísimos en que,
sin dejar de ser el mismo , quisierais ser otro....
; Oh ! ¡ si ert ese instante el mundo fuese sordo,
mudo y ciego
No todas las cosas se pueden hacer en medio
de la calle , coram populo , porque no todas las