Page 340 - Novelas
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OBRAS DE SELGAS.
        ero, no hay razón para que Guillén se entierre
        vivo.
          — ¡Chist! (dijo el señor Martín. ) Esta es la hora
        de las apariciones.
          — ¡ Soberbio! (exclamó el Barón.) Hemos lle-
        gado á tiempo. Vamos á encontrarnos de manos
        á boca con la prima asesinada. Debe ser una vi-
        sión encantadora.
          — Dejémosle el paso franco — añadió Guiller-
                                ,
        mo, colocándose delante de lapuerta comoquien
        espera una visita, y alzando la cortina para re-
        cibirla.
          El criado hizo un ademán negativo  , diciendo:
          - — La aparición no entra nunca por la puerta.
           — ¡Hola!.... (dijo el Barón.) ¿ Cae acaso por
        la chimenea ?
          — ¡Phst! (contestó  el criado); pero el hecho
        es que al principio se aparecía en los espejos....
        y hubo que cubrirlos.... Después debió  colarse
        *por las ventanas  y  por los balcones  ... porque
        siguió apareciendo.... y hubo que cerrar las ma-
        deras de todos los balcones y de todas  las ven-
        tanas  : ahora se conoce que penetra al través de
        las paredes, y á lo mejor asoma por detrás de
        una cortina, ó se presenta como una sombra en el
        primer rincón que encuentra á la mano.
          - — ¿Y  q u é hace?— — preguntó Guillermo.
           — ¡Qué hace!.... (repitió  el señor  Martín.)
         ¡Ah! Nosotras no lavemos....
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