Page 80 - Novelas
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72          OBRAS DE SHLGAS.

          ejército, sin cuyo requisito la conspiración sería
          inútil. En cuanto  al Banco Universal,  los temo-
          res eran risibles. Claro está que no había detener
          en cartera el enorme capital que representaba ,y
          que una operación desastrosa podía dar al traste
          con su crédito  ; pero un establecimiento que á
          los dos años de existencia tenía en su mano  el
          movimiento de la riqueza del mundo, no podía,
          entonces á  lo menos  inspirar la más remota
                           ,
          desconfianza. Más tarde, una operación  desas-
          trosa, un cataclismo europeo, podría comprome-
          ter su crédito mas en aquel momento tenía for-
                     ;
          midablemente asegurada su existencia.
            Los cálculos de los jugadores no podían  ser
          más risueños,  y  jugaban á la al%a, como el que
          juega á cartas vistas. Solamente jugaba á la baja
          Elias Puentereal, que evidentemente se había
          vuelto loco. Hasta entonces había sido un cala-
          vera  , que sabía gastar alegremente sus rentas
          en todas las disipaciones de  la vida  , pero que
          jamás había dejado traslucir el más ligero indi-
          cio de que pudiera  ser un hombre de nego-
          cios.... Jamás se le había visto en la Bolsa. ¿Qué
          significaba aquella ruidosa provocación á la for-
          tuna ?.  .  . Los bolsistas se encogían de hombros, y
                .
          apostaban  , y  Puentereal  admitía  todas  las
          apuestas.
            Hubo un día en que corrió  la voz de que es-
          taba arruinado  , y  que apelaba á un prodigio de
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