Page 18 - Orgullo y prejuicio
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demasiado. La señora Hurst y su hermana lo admitieron, pero aun así les
gustaba y la admiraban, dijeron de ella que era una muchacha muy dulce y
que no pondrían inconveniente en conocerla mejor. Quedó establecido,
pues, que la señorita Bennet era una muchacha muy dulce y por esto el
hermano se sentía con autorización para pensar en ella como y cuando
quisiera.