Page 127 - Know and Share Psychology Vol I nº1
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Las antiheroínas en las tragedias rurales de Federico García Lorca: Bodas de sangre, Yerma y La
casa de Bernarda Alba
los jóvenes está arreglado a través de lo material (Frazier, 1973, p. 112), lo que de
nuevo me lleva a deducir ese carácter cobarde que asomaba en los ojos de la Madre.
Por otro lado, tenemos el personaje de la Novia. ¿Por qué la considero una antiheroína
junto a Yerma y Adela? La razón es sencilla. La Novia es un personaje que al igual
que Adela y Yerma se revela, pero su alzamiento contra la sociedad en la que vive no
le sirve para nada, no consigue ningún fin, aunque sus pensamientos iniciales tengan
otros propósitos. Es cierto que hace el intento de convertirse en heroína porque lucha
por lo que ella quiere, pero no lo consigue y acaba arrojando a la muerte tanto a su
prometido como a su antiguo novio, Leonardo.
Rodríguez y Romero en su artículo destacan esa rebeldía mostrada por la novia ante la
sociedad, en la que abandona al Novio el día de la boda para escapar con Leonardo
(Rodríguez y Romero, 2007). Frazier dice que la Novia se había comprometido con el
Novio, pero que realmente sentía amor por Leonardo, y era una pasión que no podía
obviar. Sin embargo, ambos terminaron su relación cuando Leonardo se casó con la
prima de la Novia (Frazier, 1973, p. 114).
Considero que la Novia es una persona obediente que cumple lo que le imponen, y
además, ella se resigna, porque no puede hacer lo que sus pasiones le dicen.
Realmente no es una heroína, ella se rebela cuando escapa con Leonardo, pero al final,
su mente le dice que dé un paso atrás. No se comporta como una verdadera heroína, y
pone en juego la vida de la persona que ama, Leonardo. En un sociedad como la
España de aquellos tiempos, el adulterio en los hombres estaba “bien visto”, pero en
las mujeres era impensable, como nos dicen Rodríguez y Romero (Rodríguez y
Romero, 2007). Realmente, la Novia está movida y dominada por unas pasiones
interiores, que la llevan a oponerse a sus principios y a sus primeras decisiones,
tirando en contra de su voluntad inicial (Degoy, 1996, p. 123); está es la actitud de
rebeldía y heroísmo que ejerce la Novia, pero que al final del relato queda sepultada
por la muerte de Leonardo.
Brenda Frazier establece una dicotomía que explica perfectamente cuáles eran las dos
fuerzas que había dentro de la Novia:
“[…]conflicto entre la voluntad y la inteligencia. Digamos que su selección mediante
la voluntad designa a Leonardo, y que su selección mediante la inteligencia al novio…
Por lo tanto, la selección de la voluntad y de la inteligencia chocan, desenlazándose
solo por la imaginación o por la muerte” (Frazier, 1973, p. 114).
La Novia acaba convirtiéndose en el campo de batalla que enfrente a dos fuerzas
masculinas, pero además en ese campo de batalla ella misma también pelea. Como he
dicho anteriormente, esta lucha interna que sufre entre la rebeldía y el sentido del
deber y la obediencia, hace que una vez que ha escapado, busque retroceder (Degoy,
1996, 123), convirtiéndola así en una verdadera antiheroína, porque siente miedo ante
la situación que ha provocado, y busca volver atrás:
novia. —Desde aquí yo me iré sola. ¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas! (III, I, p. 153).
Es probable que aparte del amor que la Novia sentía por Leonardo, ella no quisiera
hacerse responsable de la nueva situación que le quería imponer su padre al entregarla
a manos del Novio. Las costumbres de la época eran tan fuertes que los padres eran
quienes acordaban los matrimonios, aunque en contra de la voluntad de los hijos.
Degoy destaca el diálogo que mantienen la Madre y el Padre de la novia en la que los
ven personas buenas para el trabajo y la reproducción (Degoy, 1994, p. 124):
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