Page 387 - Fantasmas
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Joe Hit



            Permanecí  sentado  en  las escaleras  casi una  hora, miran-
       do a Morris  desarmar  cuidadosamente  su  fortaleza  de cartón.
       Eddie nunca  salió de ella, tampoco  ningún sonido más. Oí abrir-
       se  la puerta  trasera  de casa  y los pasos  de mi madre  en  el suelo
       de madera  sobre  mi cabeza.  Me gritó que subiera  a ayudarla a
       meter  las compras.  Subí, cargué con  las bolsas,  guardé la comi-
       da en el refrigerador.  Morris  subió a cenar  y después bajó de nue-
       vo.  Desmontar  algo siempre  lleva más  tiempo que construirlo.
       Eso es cierto para todo, excepto  para un  matrimonio.  Cuando  a
       las ocho  menos  cuarto  miré  escaleras  abajo, hacia  el sótano,  vi
       montones  de cajas dobladas  en  montones  de un metro  de altura
       y una  gran superficie de suelo de cemento  desnudo.  Morris  es-
       taba  al pie de los escalones,  barriendo.  Se detuvo  y levantó  la
       vista hacia mí —otra  de sus  miradas  marcianas  e impenetrables—
       y sentí un  escalofrío.  Después  regresó  a su  mundo,  manejando
       la escoba  en  movimientos  cortos  y precisos, uno  y otro  y otro.
            Viví en  aquella casa  durante  cuatro  años  más, pero  des-
       pués de ese  día nunca  volví  a visitar  a Morris  en  el sótano;  de
       hecho  evitaba bajar allí siempre que podía. Cuando  me  marché
       a la universidad  la cama  de Morris  había  sido trasladada  allí y
       rara  vez  subía.  Dormía  en  una  suerte  de cabaña  que  se  había
       construido  él mismo  con  botellas  de Coca-Cola  vacías  y tro-
       zos  de corcho  azul.
             La luna fue la única  parte  de la fortaleza  que Morris  no
       desmontó.  Algunas  semanas  después  de que  Eddie  desapare-
       ciera  mi padre la llevó  a la escuela  especial  donde  estudiaba
       mi hermano y  ganó el tercer  premio —cincuenta  dólares  y una
       medalla—  en  un  concurso  de manualidades.  No  sabría  decir
       qué fue de ella después  de aquello.  Al igual que  Eddie  Prior,
       nunca  volvió.


             De las semanas  que siguieron  a la desaparición  de Eddie
       recuerdo  tres  cosas.




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