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Conceptualmente, el fondo de maniobra es la diferencia entre el activo corriente
                  (circulante) y el pasivo corriente (exigible a corto plazo). Es una de las magnitudes
                  claves que deben ser controladas en una empresa y totalmente indispensables
                  dentro del análisis financiero, ya que permite conocer la estructura de "circulante"
                  que más conviene a una determinada empresa. No sólo hay que disponer de un
                  fondo de maniobra positivo, sino que ha de ser suficiente para garantizar
                  la estabilidad de la empresa.
                  Teniendo en cuenta las definiciones anteriores, podemos decir que el fondo de
                  maniobra se refiere a la capacidad (de maniobra) que tiene una empresa para
                  poder atender sus pagos a corto plazo y, a la vez, para poder realizar inversiones
                  o adquisiciones que le permitan desarrollar su actividad.
                  En términos generales, el fondo de maniobra de una empresa ha de ser positivo, y
                  estará tanto más saneada, desde el punto de vista de la liquidez, cuanto mayor
                  sea esta magnitud. En caso contrario, cuando el fondo de maniobra sea negativo,
                  puede significar que la empresa no tiene recursos suficientes para atender sus
                  obligaciones más inmediatas, lo cual aumentaría la probabilidad de entrar en
                  concurso de acreedores. El principio básico de que las inversiones a largo plazo
                  han de estar financiadas con recursos a largo plazo, y teniendo en cuenta que hay
                  una parte del stock (el llamado stock de seguridad), así como un saldo mínimo
                  necesario de disponible, que por su permanencia en el tiempo se podrían
                  considerar como inversión a largo plazo, refuerza la necesidad de poseer un fondo
                  de maniobra positivo.
                  Es evidente la relación que existe entre el fondo de maniobra y la ratio de liquidez
                  analizada anteriormente (activo corriente/pasivo corriente), donde se decía que,
                  por lo común, el activo circulante debía ser próximo al doble que el exigible a corto
                  plazo. Este principio, que es válido en general, no es aplicable a todas las
                  empresas.
                  Por consiguiente, si queremos conocer cuál es la estructura de balance más
                  apropiada para cada empresa en particular, no solamente se ha de analizar la
                  relación entre el activo corriente y el pasivo corriente, sino también la rapidez con
                  que se mueven estas masas patrimoniales.

                  El ciclo de maduración es el tiempo que dura todo el ciclo de explotación de una
                  empresa, desde que se produce la entrada de los materiales en el almacén hasta
                  que se cobran las facturas de los clientes. Dicho de otra manera, es el plazo, en
                  días, que transcurre desde que se compra la materia prima hasta que se cobra del
                  cliente.

                  En una empresa productiva hay que distinguir los siguientes periodos medios:
                      De almacenamiento de materias primas: tiempo que transcurre desde que
                        las materias primas son compradas hasta que se introducen en el proceso
                        productivo.
                      De fabricación: periodo que transcurre desde que las materias primas se
                        incorporan al proceso productivo hasta que salen del mismo convertidas en
                        producto terminado.
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