Page 112 - En nombre del amor
P. 112
—Me alegro de que te haya gustado. —¿Puedo volver a intentarlo?
Él señaló hacia la carretera. —Adelante.
Gabby corrió hacia un lado y hacia otro de la carretera durante un buen rato, mientras Travis observaba su absoluta confianza cada vez que se detenía y volvía a arrancar. Realizaba los giros con gran facilidad —incluso empezó a conducir en un círculo—, y cuando se detuvo delante de él, tenía la cara sofocada. Cuando se quitó el casco, Travis tuvo la certeza de que jamás había visto algo tan vivo y tan bello.
—Ya está —anunció Gabby—. Ya puedes volver a conducir.
—¿Estás segura?
—Hace mucho tiempo aprendí que es mejor abandonar cuando todavía lo estoy pasando bien. No me gustaría chocar contra algo y echar a perder esta magnífica sensación.
Gabby se apartó hasta el asiento trasero y Travis se montó en la moto, encantado de volver a sentir las manos de ella alrededor de su cintura. Mientras enfilaba nuevamente hacia la autopista, se sintió con las pilas recargadas, como si sus sentidos estuvieran completamente alerta, atento a las curvas del cuerpo de Gabby contra el suyo. Recorrieron el trayecto hasta la autopista, giraron y atravesaron Morehead City, cruzaron el puente de Atlantic Beach y completaron la vuelta pasando por Beaufort.
Unos minutos más tarde, atravesaban el casco antiguo, dejando atrás numerosos restaurantes y el puerto deportivo de camino hacia Front Street. Finalmente Travis aminoró la marcha, y se detuvo en un gran terreno cubierto de hierba casi al final de la manzana. El terreno vacío lindaba, por un lado, con una deslustrada mansión georgiana que, por lo menos, debía de tener cien años, y por el otro, una casa parecida, pero de estilo Victoriano. Apagó el motor y se quitó el casco.
—Ya hemos llegado —anunció, al tiempo que la ayudaba a apearse de la moto—. Esto es lo que te quería enseñar.
Había algo en su voz que hizo que Gabby se contuviera para no expresar que allí no había nada más que un solar vacío; por un momento, se limitó a observar a Travis mientras éste avanzaba unos pasos en silencio. El mantenía la vista fija en el otro lado de la carretera, en dirección a Shackeford Banks, con las manos en los bolsillos. Gabby se quitó el casco y se pasó una mano por el pelo para acicalárselo, después caminó hacia él. Cuando estuvo a su lado, tuvo la impresión de que Travis le confesaría todo el misterio cuando se sintiera preparado.
—Desde este lugar se goza de una de las panorámicas más bonitas de toda la costa —dijo finalmente—. No es una magnífica vista del océano, de las olas y del agua que se extiende hasta el horizonte, que también es fantástico, pero después de un tiempo resulta aburrido, porque la vista es casi siempre la misma. Pero aquí, siempre hay algo que ver. Siempre hay veleros y yates surcando el agua hacia el puerto deportivo; si vienes por la noche, puedes ver los numerosos grupitos de gente congregados a lo largo de la orilla y escuchar la música. He visto marsopas y rayas pasando a través del canal, y especialmente me encanta ver los caballos salvajes mientras pacen libremente en la isla. No sé cuántas veces los he visto, pero siempre me fascinan.
—¿Vienes aquí a menudo?
—Unas dos veces por semana. Cuando quiero estar solo para pensar.
NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
Escaneado por PRETENDER – Corregido por Isabel Luna Página 112